Fernando Alonso ha conseguido llevar su Aston Martin hasta la quinta posición en el GP de Arabia Saudí, donde, una vez más, los Red Bull han dominado con una amplia diferencia una carrera y Max Verstappen se ha alzado con la victoria.

El piloto asturiano partía cuarto después una increíble clasificación; sin embargo, el ritmo de carrera y la degradación hacían pensar que tanto los McLaren como los Mercedes podían superarle en pista.

Después de una salida limpia y sin incidentes, Alonso perdió la posición con Piastri. Un accidente de Lance Stroll, compañero del español, provocó el esperado coche de seguridad en el laberinto de Jeddah y los pilotos de cabeza optaron por pasar por el garaje.

La carrera entró en un largo episodio estratégico, ya que del grupo de la nobleza solo Norris y Hamilton optaron por mantenerse en pista. Verstappen dio cuenta del joven británico y recuperó un liderato al que parece aferrado, mientras que Sergio Pérez siguió sus pasos hasta la bandera de cuadros, aunque a siete segundos del holandés.

Alonso hizo valer su estrategia y su veteranía y echó el resto para mantener la posición con un George Russell que apretó al bicampeón del mundo. El Aston Martin de Alonso rozó -literalmente- los muros, "solo un beso", comentó el talentoso piloto por radio, y consiguió cruzar la meta en quinto lugar.

Charles Leclerc, compañero en Ferrari de un convaleciente Carlos Sainz, sostuvo a Pérez en la salida, pero más tarde fue víctima del méxicano, aunque completó al podio y consiguió la vuelta rápida de carrera.