Cheikh Sarr, portero del Rayo Majadahonda que acabó expulsado tras agarrar por la bufanda a un aficionado que se dirigió a él con insultos racistas, ha ofrecido una entrevista en El Partidazo de COPE con Juanma Castaño donde ha manifestado lo sufrido en la visita al Sesato River.
Sarr ha calificado de "horrible" lo vivido el sábado en Las Llanas, y ha asegurado que si todos los jugadores negros actuasen como Vinícius, denunciando estas situaciones, "el racismo se acabaría".
"Voy a muerte con él porque también él lo ha vivido un montón de veces. No tiene sentido que haya racismo. Estoy muy orgulloso de él por manifestarlo. Le doy las gracias por apoyarme y por luchar contra el racismo, porque él solo no puede. Le he dado las gracias por su publicación en Instagram. Si todos los jugadores de nuestro color hiciesen lo mismo, el racismo se acabaría", declaró.
El guardameta lamentó que él no va a ser "la primera ni la última persona a la que le va a pasar". "A quien le pase le digo que se quede tranquilo, que lo manifieste, con cabeza y respeto, sin ningún gesto malo ni grave. Luchamos para que esto se acabe ya", solicitó.
Además, reconoció que estos dos días lo ha pasado "muy mal" y que está "muy jodido". "Son cosas que no he vivido en mi vida. Mi mujer estaba jodidísima, me ha defendido mucho y lo pasa súper mal. Así es la vida, aprender y crecer. Me ha costado porque es la primera vez que me ha pasado en el fútbol. Lo de este sábado ha sido horrible. En Granada me pasó una vez pero me dio risa, aguanté", señaló.
Sobre los hechos, explicó que el calentamiento fue "tranquilo" y que todo se desató en la segunda mitad. "Empieza cuando empieza la segunda parte, en el minuto 50-60 empiezan a decir cosas raras y gritos de mono. Lo escuché pero no le hice caso. Eran varios. A mis compañeros también les insultan. Me decían cosas raras pero aguanté. Ni miro para atrás ni le hago caso. Cuando nos meten el segundo gol era el momento que rompía mi ayuno, fui al palo a coger mi agua y un hombre con capucha y gafas, con la bufanda en la cara, me dijo de 'puto negro', 'corre, negro de mierda', y no pude aguantar", manifestó.
"Me lo decía muy cerca, a un metro, vino a donde yo estaba. Yo le quería agarrar para decirle por qué me insultaba; si él no tenía hijos. El capitán vino para sacarme de ahí y todos mis compañeros vinieron a defenderme", continuó. "El árbitro no vio nada porque estaba en el centro del campo. Ni me preguntó, me sacó la tarjeta roja y yo no lo podía entender. Si te hacen algo racista, tendría que defender al jugador", añadió.
Fue entonces cuando el capitán del Rayo Majadahonda, Jorge Casado, decidió retirar al equipo del campo. "No lo habló conmigo, fue decisión del capitán y se lo agradezco mucho. En ese momento yo no podía ni hablar, no lo entendía. Yo no hubiera querido seguir jugando si no me hubieran expulsado. No hice un gesto agresivo, fui a hablar con él", explicó.
Tras ello, el guardameta senegalés presentó una denuncia ante la Guardia Civil. "El presidente me dice que vayamos a la comisaría y cuento esta versión. El que nos atendió se portó muy bien con nosotros. Le dejamos un vídeo de las redes pero no está el sonido", indicó, aunque sorprendentemente, el individuo que le había insultado fue a denunciarle antes a él por agresión. "Fue antes que yo. Cuando fui a declarar ya me dijeron que había ido un chico a denunciarme", dijo.
"La justicia está para defender y va a hacer las cosas bien. Vuelvo a pedir disculpas con todo el respeto del mundo. No lo hice para hacer daño a nadie, solo para manifestarme, para sacarme lo que estaba en mi corazón y es lo que sentí, sin agresividad. Solo quería preguntar al árbitro de dónde venía la roja. Cuando acabó el partido, él me preguntó lo que había pasado y ahí me dio muchos ánimos", expuso.
Sin embargo, tiene claro que si el aficionado le pide perdón, le perdonaría. "Todas las cosas en la vida se pueden perdonar, hay que tener cojones para pedir perdón. La verdad: le perdonaría. Desde el fondo de mi corazón, le perdonaría", manifestó.
Respecto a la posible sanción, Sarr insistió en que "una persona que ha sufrido racismo, no debe ser sancionada. "Me sorprenderá si me sancionan, no es justo pero lo tendré que aceptar. Debo pedir disculpas por lo que hice, por cogerle de la bufanda; pero no lo hice por nada violento, quería preguntarle. Es una cosa para aprender. Es la primera vez que me pasa. Estaba muy enfadado, quería defender mi dignidad. Pido disculpas a toda la gente del fútbol, solo lo hice para protegerme y denunciarlo, era la única manera", concluyó.
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hace 7 meses
Está claro que los insultos racistas han de acabarse en el fútbol. Pero no creo que tomarse la justicia por la mano sea el camino a seguir
Hay un protocolo que hasta el momento no ha fallado. Sígase
Desde luego que es deplorable la actitud del aficionado o aficionados, pero tampoco debemos apoyar lo realizado por este portero.