La bolsa británica ha tornado los negros presagios del Brexit en buenas nuevas. El Ftse 100, el índice de referencia del mercado bursátil británico, se situaba este martes por encima de l0s 7.100 puntos y batía su anterior récord histórico, de 7.103 puntos, que databa del 27 de abril de 2015.

El mercado bursátil británico pone un broche de oro a la positiva evolución registrada en los meses posteriores al referéndum en el que el pueblo británico decidió mayoritariamente la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Tras restar un 5,6% en los dos días posteriores a la votación, aquellas tensiones han dado paso a una espectacular remontada, que ha permitido al principal índice británico sumar más de un 18% en poco más de tres meses.

Existen muchas razones para explicar el buen hacer de la bolsa británica. Una de las más reseñables, en opinión de los expertos, es la devaluación de la libra, que se mueve actualmente en sus niveles más bajos en 31 años frente al dólar. La moneda británica ha perdido alrededor del 15% de su valor frente al dólar desde el pasado 23 de junio, mientras el euro se ha reforzado en una proporción semejante en su cruce con la libra.

Esta depreciación de la libra implica dos cuestiones: por un lado, los inversores extranjeros encuentran más atractivo el precio en libras de las acciones británicas; y, por otro, las compañías británicas con negocio en el exterior se sitúan en una posición de mayor competitividad frente a sus competidores internacionales, lo que refuerza sus perspectivas de negocio. Esto último es fundamental en un índice en el que hasta un 70% de los ingresos empresariales proviene del negocio fuera de Reino Unido.

Resistencia de la economía

La fuerte presencia de valores ligados a las materias primas ha sido también clave, en un momento en que el reciente acuerdo para la congelación de la producción de petróleo por parte de los países de la OPEP, ha favorecido un repunte de los precios de los recursos básicos.

Los estímulos del Banco de Inglaterra, que el pasado agosto aprobó una serie de nuevas medidas para revitalizar el crecimiento, aumentando su plan de compra de bonos, y la resistencia que ha mostrado la economía británica -este martes sorprendió en positivo el dato del sector de construcción- han sido otros de los pilares en que se ha apoyado el impulso de la bolsa británica hasta máximos.

Además, la búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores también está jugando a favor de la bolsa británica, que es, tras la española, una de las que ofrece un mejor ratio de rentabilidad por dividendo.

Todos estos factores están permitiendo que ni siquiera el avivamiento de las preocupaciones por que el Brexit derive en una ruptura total entre Reino Unido y la Unión Europea haya hecho mella, hasta el momento en la positiva evolución del índice.