Meliá se ha marcado unos objetivos de expansión internacional más que ambiciosos. Sus planes pasan por sumar entre 20 y 25 hoteles cada año, con el foco puesto en Asia y en Latinoamérica. Y la compañía ha diseñado una estrategia que combina la venta de activos y la emisión de deuda para financiar ese crecimiento.

En una reunión con analistas e inversores el 5 de octubre, el consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, ha desvelado los pasos que pretende dar el grupo para obtener la financiación suficiente. La compañía mallorquina se dispone a poner a la venta hoteles tanto en España como en Latinoamérica con el objetivo de obtener cerca de 300 millones de euros y, en paralelo, prepara su vuelta a los mercados mayoristas de financiación el próximo año con una emisión de bonos. Pretende captar entre 300 y 350 millones de dólares (entre 270 y 315 millones de euros, al cambio actual).

El grupo de la familia Escarrer quiere deshacerse de entre siete y ocho hoteles ubicados en España, con el objetivo de ingresar 150 millones de euros. En un primer momento, Meliá pretende desprenderse en 2017 de cinco establecimientos urbanos, situados en ciudades secundarias, y con la previsión de captar entre 115 y 120 millones. Y a medio plazo, el grupo también quiere vender hoteles de destinos vacacionales por otros 30 millones más. El directivo auguró entre 12 y 18 meses para que concreten estas operaciones.

Escarrer quiere desprenderse de inmuebles por valor de 300 millones de euros

En paralelo, Meliá busca comprador para algunos de sus activos de Latinoamérica al objeto de ingresar otros 150 millones de euros adicionales. Las propiedades a las que la compañía ha puesto ya el cartel de Se vende son el Gran Meliá Puerto Rico, cuyo valor en libros se sitúa en 63 millones de euros -supondrá la salida del Estado libre asociado a EEUU-, y unos terrenos en Salvador de Bahía, en Brasil, a los que se sumarían algunos activos adicionales. Esta transacción podría dilatarse entre tres y cinco años, según el ejecutivo.

Los ingresos por la venta de activos no estratégicos podrían destinarse a nuevos desarrollos en México, Punta Cana y Cuba, adelantó el primer ejecutivo del grupo ante la comunidad inversora. La venta de inmuebles, por un precio estimado de 300 millones, supone un 10% de la valoración total de la cartera de Meliá. Según una tasación de la consultora inmobiliaria Jones Lang Lasalle, se sitúa en 3.125 millones de euros. Uno de los objetivos de la venta de estos activos es reducir deuda para lograr una mejora del ráting -nota que acredita la calidad crediticia de su deuda- que le permita financiarse en los mercados de capitales con menores costes. En 2017, la compañía espera emitir deuda con un interés de en torno al 3,5%.

El grupo reducirá su deuda para mejorar el ráting y, en 2017, emitir bonos por 300 millones

El primer ejecutivo de Meliá también ha puesto el foco en la disciplina financiera, de modo que mantenga a raya la ratio deuda-ebitda (resultado bruto de explotación). Su objetivo es reducir su apalancamiento a un máximo de 2,5 veces ebitda, un nivel que, según los analistas, alcanzará fácilmente este año y que es clave para que el grupo hotelero logre de nuevo un ráting de calidad (grado de inversión) el próximo año. En 2009, sufrió una rebaja de su ráting hasta el bono basura.

Sobre el ebitda, Escarrer señaló que debería situarse entre 300 y 305 millones al año, teniendo en cuenta la recuperación del sector urbano en España. Esta cifra supone un incremento de 20 millones desde los niveles actuales.