Tenía 21 años cuando abrió su primer hotel en Mallorca. Y durante los 60 años siguientes se ha mantenido al frente de un grupo hotelero que ha acabado siendo el mayor de España, Melia Hotels International (antigua Sol Meliá), hoy con más de 300 establecimientos y 83.000 habitaciones repartidos por más de cuarenta países de todo el mundo.

Gabriel Escarrer Juliá, con 81 años, ahora se ha decidido a ceder por completo y de manera oficial todos los poderes ejecutivos a su hijo, Gabriel Escarrer Jaume. Escarrer padre se mantendrá como presidente del consejo de administración y seguirá como consejero dominical como mayor accionista de la cadena. Pero su hijo, vicepresidente y consejero delegado de la compañía, tomará el timón de manera exclusiva y se erige en el primer ejecutivo de la cadena, según ha anunciado en un comunicado a la CNMV.

Aunque seguía participando en el diseño de la estrategia del grupo y acudiendo a diario a su oficina (y también seguía haciendo sus famosas visitas sorpresa a sus hoteles), el patriarca de los Escarrer cedió hace tiempo la gestión del día a día de la firma. Primero a sus dos hijos, en una suerte de bicefalia compartida entre Gabriel y Sebastián. Y luego sólo al menor de los vástagos, que se quedó en 2012 como consejero delegado único tras la salida de la compañía de su hermano.

Desde ese primer establecimiento mallorquín abierto en los cincuenta, el Hotel Altair, la cadena de los Escarrer no ha dejado de crecer en tamaño. Durante los primeros años comprando y alquilando hoteles independientes, y luego con adquisiciones corporativas (en 1984 compró Hotasa, en 1987 la marca Meliá, en 2000 Tryp…). Y tampoco ha dejado de expandirse geográficamente, primero en España, a finales de los ochenta el grupo fue uno de los pioneros en llegar al Caribe, y ahora ha elegido Asia como gran foco de expansión de futuro.