No había pasado ni una semana desde la (no) celebración del referéndum independentista cuando Gas Natural Fenosa confirmó su salida de Cataluña y su consejo de administración aprobó el traslado de su domicilio social de Barcelona a Madrid.  El grupo energético huía así de la inseguridad jurídica que entendía estaba generando el desafío soberanista en la región.

Entonces Francisco Reynés era consejero delegado de Abertis (que también acabó mudando su sede de Barcelona a Madrid), pero ahora se ha puesto al frente de Gas Natural Fenosa como presidente ejecutivo. Y en su primera intervención como primer ejecutivo de la eléctrica ha confirmado que el traslado de la sede puede acabar siendo sólo temporal.

“Todas las decisiones son temporales y revisables… hasta que no se tome la decisión contraria”, ha explicado Reynés sobre una eventual vuelta a Barcelona. “La compañía trasladó su sede y lo anunció en un hecho relevante que se mantiene”.

Gas Natural Fenosa ya avisó el 6 de octubre, cuando aprobó el cambio de sede, que dejaba la puerta abierta a que el traslado fuera sólo temporal, ya que el cambio será efectivo “en tanto se mantenga esta situación” de “inseguridad jurídica” generada por el órdago secesionista. Una decisión que “se adopta para mantener la operativa normal de la compañía y con el fin de proteger los intereses de la misma, sus clientes, empleados, acreedores y accionistas”.

“Ante los sucesos sociales y políticos que están ocurriendo en las últimas semanas en Cataluña y debido a la inseguridad jurídica que ello provoca, el consejo de administración de la compañía, ha acordado, en tanto se mantenga esta situación: cambiar su domicilio social a las actuales oficinas corporativas en Madrid, Avenida de San Luis, 77”, explicó el grupo en un hecho relevante remitido a la CNMV. El traslado no tiene ningún efecto en la práctica en las sociedades del grupo que prestan sus servicios exclusivamente en Cataluña.

La vinculación de Gas Natural Fenosa con Cataluña cuenta con 174 años de historia. La hoy tercera mayor eléctrica nacional tiene su origen 1843, cuando se creó en Barcelona la Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas (SCAG), que fue la compañía encargada de llevar por primera vez la luz a las calles y espacios públicos de la Ciudad Condal.