El Grupo La Caixa se ha convertido en el ariete de la visibilización de la fuga de empresas de Cataluña, huyendo la inseguridad jurídica que genera posible declaración unilateral de independencia. Las grandes participadas del Grupo y varias de sus filiales han protagonizado desde la pasada semana un reguero continuo de cambios de sede fuera de Cataluña.

Ahora ha empezado otra ola de trasvases. La concesionaria Abertis, su filial de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex, la firma de seguros de salud SegurCaixa Adeslas, la aseguradora Vidacaixa y la gestora de fondos CaixaBank AM, todas ellas participadas por sociedades del Grupo La Caixa, han aprobado este lunes el traslado de su domicilio fiscal fuera de la región.

Siguen así los pasos de que dieron en días anteriores Caixabank, el holding empresarial CriteriaCaixa, la Fundación Bancaria La Caixa y también la eléctrica Gas Natural Fenosa. Caixabank tiene ya su nueva sede en Valencia, Criteria y la Fundación se han marchado a Palma de Mallorca y Gas Natural Fenosa se marcha a Madrid.

La pasada semana Abertis trataba (en vano) de apagar los rumores sobre su salida de Cataluña. El consejo de administración de la concesionaria –que tiene a a CriteriaCaixa Holding como principal accionista con el 22,3%- ha aprobado su mudanza a Madrid. Un cambio que ha coincidido con la aprobación por parte de la CNMV de la opa lanzada sobre la compañía por la italiana Atlantia, que puede abrir una guerra de ofertas si ACS se decide finalmente a lanzar la suya.

Cellnex, la filial de Abertis de infraestructuras de telecomunicaciones y en la que tiene una participación de referencia del 34% de las accionista, también ha dado el paso y ha aprobado su traslado a Madrid.

Rumbo a Madrid

Del mismo modo, otras filiales de Caixabank han impulsado su marcha de la región. La asegurada VidaCaixa y la gestora de fondos CaixaBank AM han decidido su traslado a Madrid. Los movimientos de las participadas del Grupo La Caixa se completan con el traslado a Madrid también de SegurCaixa Adeslas, la firma de seguros de salud en la que el Grupo Mutua Madrileña tiene una participación mayoritaria pero en la que Caixabank controla un 49,9% del capital.

El Grupo La Caixa es el gran tótem del poder económico catalán. O lo era. Sus 113 años de historia ligados a Barcelona y a la catalanidad lo han convertido en toda una institución de referencia, en el auténtico conglomerado financiero y de participaciones industriales que se incardina en el poder económico regional.

En 2014, con el procés en marcha, Caixabank ya aprobó un cambio en la redacción de sus estatutos que constituía toda una declaración de intenciones. La entidad eliminó del articulado que su sede debería permanecer en Barcelona “en cualquier caso” y dejó de considerar Cataluña como su ámbito territorial principal para ampliarlo a “todo el territorio del Estado”. Era ya un aviso a navegantes sobre las consecuencias del órdago independentista. Y ahora se ha llevado a la práctica.