La deuda pública ha sido durante los últimos años una de las grandes debilidades de la economía española. El ingente crecimiento del endeudamiento de las administraciones durante los años de la crisis -que ha llevado la deuda pública a rondar el 100% del PIB- ha llegado incluso a poner en entredicho la salud financiera del país.

Pero la situación en este apartado viene mejorando en los últimos ejercicios y los Presupuestos de 2018 vienen a confirmar esa tendencia. El Gobierno estima que este año serán necesarios 31.547 millones de euros para afrontar los intereses de la deuda. Esta cifra, que supone un recorte del 1,9% respecto al coste presupuestado un año antes, es la más baja desde 2012.

Aquel año, el Gobierno proyectó un gasto de 28.848 millones de euros. Sin embargo, los acontecimientos posteriores, con el recrudecimiento de la crisis del euro, que disparó la prima de riesgo a máximos históricos y obligó a solicitar el rescate de la banca española con fondos europeos, multiplicaron exponencialmente los costes en intereses de la deuda pública española.

Sólo un año después, en 2013, el Gobierno estimaba en 38.589 millones de euros los gastos de esta partida presupuestaria, un 33,8% más que en el ejercicio previo. Esta cifra representaba un 11,2% del gasto total.

Los gastos en deuda aún superan en más de un 34% los de desempleo y fomento del empleo

Desde entonces, el coste de los intereses de la deuda se ha ido reduciendo paulatinamente, gracias a la caída de las rentabilidades que los inversores exigen por comprar la nueva deuda española, que han alcanzado cifras históricamente bajas, debido a las políticas puestas en marcha por el Banco Central Europeo (BCE) y la mejor percepción en los mercados de la economía española, que ha quedado refrendada recientemente con sendas mejoras del rating del país.

También han contribuido a la caída de los costes de la deuda los esfuerzos realizados por las distintas administraciones en los últimos años para reducir el déficit público. Así, los intereses estimados para la deuda pública en 2018 son un 18% inferiores a los de hace un lustro y vuelven a suponer menos del 9% del gasto total, algo que no ocurría desde 2012.

Con todo, los intereses de la deuda siguen suponiendo una de las partidas de gasto más relevantes de los Presupuestos del Estado. Los 31.547 millones de costes estimados para este ejercicio superan en más de un 34% el dinero que se destinará durante el año a subvenciones de desempleo y políticas de fomento del empleo y en más de un 58% los gastos de los servicios públicos básicos, que son los costes que asume el Estado en las áreas de justicia, defensa, seguridad ciudadana e instituciones penitenciarias y política exterior.