La política española vuelve a mostrarse en ebullición. Y estas turbulencias no pasan desapercibidas para los mercados financieros. La presentación de una moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy por parte del PSOE y la solicitud del partido Ciudadanos de nuevas elecciones crean un clima de incertidumbre que lleva a los inversores a exacerbar su cautela hacia los activos españoles.

En este contexto, la prima de riesgo vuelve a manifestarse como principal termómetro de la preocupación del mercado, al rebasar la barrera de los 100 puntos básicos por primera vez desde el pasado mes de enero. Las ventas de los bonos españoles hacen subir la rentabilidad de la referencia a 10 años hasta ocho puntos básicos, acercándolo al nivel del 1,5%. En contraposición, los inversores se refugian de la tensión política -representada también por Italia- tomando posiciones en el bono alemán, cuya rentabilidad se sitúa en el 0,43%, el nivel más bajo en casi cinco meses.

El buen desempeño económico, refrendado por una sucesión de subidas de calificación por parte de las principales agencias de rating en los primeros compases de 2018, había permitido a la deuda española mostrarse como una de las más resistentes en este primer tramo del año. Sin embargo, la reapertura de las inquietudes políticas han empezado a enturbiar el panorama en las últimas semanas.

El bono español ya se vio penalizado recientemente por los avances en Italia para la formación de un gobierno de corte populista que amenaza con dificultar los intentos de reforzar la unión monetaria europea. Y ahora son las incertidumbres particulares las que vienen a reflejarse en los mercados, conforme los inversores empiezan a cuestionarse la incidencia que tendría un posible cambio de gobierno en cuestiones clave para el desempeño económico, como la reducción del déficit o la crisis de Cataluña.

En este contexto, las dudas también se manifiestan en la bolsa española. El Ibex registra caídas que rozan el 2% y se aleja del nivel de los 10.000 puntos, con la banca al frente de los recortes: CaixaBank, BBVA, Santander y Bankia se dejan más de un 3% de su valor. Estas caídas contrastan con las ganancias que muestran índices como el Dax alemán o el Cac 40 galo.