Apenas quedan cinco días para cerrar el mes de junio y a Elon Musk se le está acabando el tiempo. El fundador de Tesla prometió que, para el final de este sexto periodo del año, las cifras de fabricación de su preciado Model 3 rondarían las 5.000 unidades semanales. Y, pese a sus esfuerzos, todo apunta a que no va a cumplir.
Al visionario sudafricano se le puede acusar, y con mucha razón, de no cumplir sus promesas en cuanto a plazos. Rara vez lo hace. Pero no se le puede decir que no lo intente. Su último recuso ha consistido en instalar una enorme carpa de 12.750 metros cuadrados adyacente a la planta de producción de Tesla en Fremont, California, que él mismo ha descrito como "bastante guay".
Dentro de esa instalación Musk ha decidido colocar una nueva línea de montaje del Model 3 con muchos más empleados y muchos menos robots, a la vieja usanza. El CEO de Tesla ya reconoció el pasado mes de abril que habían cometido un error a la hora de diseñar la producción del modelo de masas y que la habían automatizado en exceso. Eso les ha obligado a hacer muchas correcciones sobre la marcha, que han derivado en parones en la fabricación y con eso retrasos y promesas de plazos incumplidas.
Hace alrededor de dos años el sudafricano predijo que en la segunda mitad del año 2017 saldrían de las fábricas de Tesla entre 100.000 y 200.000. Hasta este lunes 25 de junio han hecho 38.082 unidades.
Todavía hay cientos de miles de personas que, allá por marzo del año 2016, depositaron 1.000 dólares o euros a través de internet para hacer la reserva de su Model 3, con la esperanza de que no tardarían en disfrutarlo. Más de dos años después todavía no está claro cuando podrán conducirlo, pero los habrá que todavía tendrán que armarse de mucha paciencia.
Cuestión de supervivencia
Dentro de esa carpa no hay sólo una línea de montaje, está el futuro de Tesla. Para la compañía, el sueño de alcanzar la rentabilidad pasa por alcanzar esos 5.000 coches por semana y, poco a poco, ir aumentando esa cifra hasta incluso duplicarla.
Al ratio que fabrican actualmente, Tesla no gana dinero al entregar las llaves al dueño de turno. Según Nomura, el coste de fabricar uno de estos vehículos es de 50.000 dólares, casi 43.000 euros, y eso mismo le cuesta al comprador.
Rebajar esa cifra es vital, porque ahora mismo el umbral de la rentabilidad está lejos. Si se alcanzan los 5.000 Model 3 fabricados cada siete días, el coste de cada unidad bajaría a 40.000 dólares, casi 35.000 euros, y Tesla empezaría a ganar dinero. Duplicar el número y rondar las 10.000 unidades semanales supondría el marco perfecto, ya que cada coche tendría un coste de fabricación de 33.500 dólares, casi 29.000 euros.
La presión para Musk es enorme, necesita cumplir. El Model 3, que prometía ser el modelo que llevaría a Tesla a unas ventas masivas, no está cumpliendo y las primeras voces en contra de su hiperliderazgo en el fabricante de coches eléctricos ya están alzando el tono.
Por si fuera poco, está decidido a echarse piedras sobre su propio tejado. Tesla presentará en sociedad el Model Y, su nuevo coche, en marzo del año que viene, con la intención de que la producción arranque ya en el primer semestre del año 2020. Va a hacer falta otra carpa.
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