Economía | Empresas

El Gobierno prevé 60.000 reclamaciones menos contra las eléctricas por el fin del puerta a puerta

Flickr | Jesús Alenda

El año pasado más de 3,1 millones de clientes cambiaron de comercializadora de electricidad y más de 756.000 contrataron el servicio con otra compañía de gas. Más de un 40% de todos ellos lo hicieron convencidos por comerciales que acudieron directamente a su domicilio para venderles las bondades de sus tarifas.

Ni buscaron la oferta por internet ni les llamaron por teléfono, sino que se encontraron con un comercial de la compañía en el rellano de su casa. Ya no va a volver a pasar.

Tras años de quejas de las asociaciones de consumidores y de la propia Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) , que venían alertando de que la venta domiciliaria era fuente de abusos o engaños de las compañías energéticas o de empresas que subcontrataban, el Gobierno ha prohibido la comercialización puerta a puerta de los sectores de electricidad y gas natural.

Según los datos de la propia CNMC, los consumidores presentaron en 2017 un total de 1,13 reclamaciones contra compañías del sector eléctrico y cerca de 370.000 contra las compañías gasistas. De ellas, más de 135.600 quejas contra eléctricas y 48.000 contra gasistas correspondieron a presuntas malas prácticas en el proceso de contratación y venta de sus productos.

Con estas cifras, y dado el peso que el puerta a puerta tiene sobre el total de contrataciones, el Ministerio para la Transición Ecológica estima que la prohibición de la venta a domicilio podría evitar en torno a 54.600 reclamaciones en el sector eléctrico cada año, según se recoge en la memoria económica del real decreto con el que el Gobierno impulsó medidas contra la subida de la luz y para mejorar la protección del consumidor energético.

En el caso el sector del gas, extrapolando el cálculo, el número de reclamaciones que se evitarían superaría las 6.200. En total, más de 60.000 reclamaciones menos en ambos negocios.

Más de 5.000 comerciales afectados

La prohibición de la venta de luz y gas a domicilio deja en el aire el empleo de entre 5.000 y 8.000 comerciales de empresas subcontratadas por las compañías energéticas, según diferentes fuentes del sector eléctrico. Ahora se buscan nuevas vías de colaboración entre los grupos y sus subcontratas, después de que las eléctricas hayan dejado de utilizar esta fuerza de venta. Naturgy asegura haber sido la primera en hacerlo.

Las grandes compañías eléctricas están colaborando con las empresas de comercialización para buscar otras vías de negocio. Entre otras opciones, se baraja impulsar la venta en los segmentos de clientes en que sigue estando permitido el puerta a puerta: la prohibición afecta a los clientes domésticos, pero no al segmento de pymes, el sector industrial o las grandes empresas.

Asimismo, las eléctricas estudian otras fórmulas novedosas para llegar al cliente, como relanzar la venta por vía telefónica o mediante la instalación de puestos informativos en centros comerciales u otros lugares de gran afluencia de público.

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