El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha alejado los rumores sobre la posibilidad de comprar Bankia, al asegurar que la entidad no pretende efectuar ninguna operación para crecer de manera inorgánica en los próximos años.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) cuenta de forma directa e indirecta, a través de BFA Tenedora de Acciones, con una participación en Bankia del 61,4%, y el Gobierno ha retrasado dos veces el plazo para desprenderse de esta participación. En el mercado se especula con la posibilidad de que una entidad adquiera Bankia para acometer así su privatización.

Sin embargo, Oliu ha echado balones fuera: "En los próximos años no tenemos ninguna intención de hacer ningún crecimiento no orgánico", ha asegurado durante la presentación de resultados anuales de la entidad, donde ha señalado que no habrá cambios en el plan estratégico del grupo más allá de la parte de TSB y que la estrategia se centra en la adaptación y transformación del modelo bancario al nuevo entorno tecnológico.

La sede, en Alicante

Respecto a la posibilidad de devolver la sede a Cataluña, ahora en Alicante, el presidente de la entidad ha indicado que "ocurrió lo que ocurrió" y que, aunque no hay nada sobre la mesa, "tampoco hay nada definitivo".

"Estamos en Alicante, cambiar la sede es algo muy difícil y esto es algo de filosofía vital: no hay nada definitivo en la vida. Pero en estos momentos y con la situación que vivimos no hay nada previsto", ha apostillado el directivo.

Los planes de la entidad tampoco contemplan el cierre de oficinas o la reducción de su plantilla en España. En este sentido, Oliu ha indicado que todos los años la plantilla desciende en una cantidad pequeña, con lo que se van absorbiendo los aumentos de productividad, por lo que no tiene intención de acometer ninguna actuación especial en este sentido.

Caída de la acción

Oliu ha reconocido su preocupación por la caída del precio de la acción de Banco Sabadell, pero ha señalado que lo único que puede hacer en este sentido es trabajar para que los resultados sean un éxito. "La acción, cada día que baja, es mejor inversión", ha bromeado el directivo.

Además, ha recordado que el precio de la acción ha bajado para todo el sector bancario en general como consecuencia de factores exógenos que generan incertidumbre, como el proteccionismo, la subida de los tipos de interés, motivos políticos o el Brexit.

El presidente de la entidad también ha apuntado a la incertidumbre regulatoria. "No ayuda a la cotización de los bancos, sino que más bien introduce otro elemento que hace que para un inversor sea más difícil saber cuáles van a ser los requerimientos desde el punto de vista regulatorio para un año y más allá", ha explicado.

Resultados anuales

Banco Sabadell ha cerrado 2018 con un beneficio neto atribuido de 328,1 millones de euros, un 54,2% menos respecto al ejercicio anterior, tras completar la migración de la filial británica TSB y culminar la limpieza del balance, según ha informado en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV).

Sin tener en cuenta el impacto de los costes extraordinarios asumidos, que cifra en 637,1 millones, el crecimiento del beneficio neto del banco hubiera sido del 9,6% interanual, hasta situarse en los 783,3 millones de euros.

La entidad financiera, que preside Josep Oliu, ha destacado la fortaleza de su negocio bancario, con un crecimiento en ingresos del grupo de un 2,9% durante 2018.

El margen de intereses se ha situado en 3.675,2 millones de euros en 2018, un 0,7% más, y excluyendo TSB el margen asciende a 2.675,5 millones, un 1,1% más interanual y trimestral, impulsado por el crecimiento de volúmenes.

Los gastos de explotación se elevaron a 2.920,4 millones (239 millones más que en 2017), los costes no recurrentes se situaron en 291,5 millones, atribuibles principalmente a la migración y postmigración de TSB, y los costes recurrentes ascendieron a 2,628,8, un ligero aumento del 0,3%.

Durante 2018, el Sabadell ha llevado a cabo un esfuerzo para limpiar su balance y reducir la ratio de activos problemáticos netos, logrando una significativa caída de estos activos, que presentan una reducción EX TSB de 7.846 millones en el año, tras anunciar la venta de carteras institucionales por 5.800 millones de euros.

La cobertura de activos problemáticos se situó en el 52,1%, la cobertura de los dudosos en el 54,1% y la ratio de los problemáticos sobre el total de activos del grupo se sitúa en el 1,8%, anticipando en un año la consecución de uno de los ejes del plan estratégico.

Asimismo, a cierre del ejercicio se redujo la ratio de morosidad del grupo, hasta el 4,22% (5,04% sin TSB), y la ratio de capital CET 1 'fully loaded' se situó en el 11,3%.