Economía

Draghi admite que el BCE debate recortar tipos ante la debilidad de la Eurozona

Algunos miembros del banco central también han planteado la posibilidad de reactivar las compras de deuda, mientras caen las previsiones de crecimiento e inflación

Draghi admite que el BCE debate un nuevo recorte de tipos ante la debilidad de Europa.

El presidente del BCE, Mario Draghi, y el vicepresidente, Luis de Guindos.

Todavía no. Pero las armas ya están a la vista. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha señalado este jueves, tras la reunión del Consejo de Gobierno del banco central, que la institución está lista para actuar ante cualquier "contingencia adversa", en medio de un clima de debilidad económica en la Eurozona que se extenderá en el tiempo.

Y esa actuación tiene unas vías muy determinadas. Al menos para varios miembros del BCE que, durante la reunión, celebrada en Vilna (Lituania), plantearon la posibilidad de recortar los tipos de interés o reactivar las compras de activos (QE) a las que puso fin hace apenas cinco meses, según admitió el propio Draghi en la rueda de prensa posterior al encuentro.

Aunque ninguna de estas medidas ha formado parte de las anunciadas este jueves por el BCE, el banquero italiano ha asegurado que la institución cuenta con margen suficiente, de modo que no estarían descartadas en un futuro no necesariamente lejano.

El BCE ha reducido sus expectativas de crecimiento de la Eurozona en 2020 y 2021 hasta el 1,4%

El planteamiento de estas medidas extremas muestra la inquietud entre los miembros del banco central por la evolución de una economía, la europea, que pese a su evolución mejor de lo esperado en el primer trimestre de 2019, se dirige hacia una fase de prolongada debilidad, según se desprende de las previsiones presentadas este jueves por la institución.

Aunque el BCE espera ahora un crecimiento del 1,2% en 2019, una décima superior a lo estimado hace tres meses, la institución ha recortado sus expectativas tanto para 2020 y 2021, en dos y un punto porcentuales respectivamente, por lo que ahora espera que la aceleración del crecimiento en esos años se quede en un modesto 1,4%. Y tampoco la inflación ofrece señales de mejora y la institución vuelve a prever que tan sólo se eleve al 1,6% en 2021, aún lejos de su objetivo de llevar los precios a niveles cercanos aunque por debajo del 2%, si bien Draghi negó que existan riesgos de deflación en la región.

Tal y como insistió el presidente del BCE, la persistencia de las incertidumbres geopolíticas, la creciente amenaza del proteccionismo comercial y los problemas estructurales en los mercados emergentes suponen unas incertidumbres que se están prolongando y que han obligado a la institución a retrasar su horizonte de subida de tipos hasta, al menos, la mitad de 2020 (frente a la anterior previsión de, al menos, finales de 2019). De hecho, Draghi llegó a apuntar que, a día de hoy, no se puede decir que esté más cerca una subida de los tipos que un recorte.

El banquero italiano asegura que la institución está lista para actuar con todos sus instrumentos si fuera necesario

El banquero italiano, en cualquier caso, restó un poco de alarmismo a la situación, señalando que el momento actual es muy diferente al que enfrentaba la Eurozona en 2012, en plena crisis de la deuda. "Tenemos crecimiento en empleo y salarios al alza, aunque sin duda tenemos que estar preparados", indicó, al tiempo que aseguró que las probabilidades de recesión en la región siguen siendo muy bajas.

A pesar de la declarada intención del BCE de actuar con todas las herramientas a su alcance, el mensaje de Draghi dejó un sabor agrio en los mercados, que esperaban una respuesta más contundente por parte del banco central, que de momento se ha limitado a retrasar cualquier posible subida de tipos y anunciar las condiciones de sus próximas subastas TLTRO (financiación a largo plazo para la banca), que aunque permitirán ganar dinero a las entidades que aumenten su volumen de créditos ofrecen unas condiciones ligeramente peores que en la anterior ronda (frente al -0,4% de aquellas, en esta ocasión el límite más bajo de estos préstamos se establece en el -0,3%, mientras no haya cambio en los tipos). Para lograr este tipo, los bancos tendrán que elevar su volumen de créditos de referencia un 2,5%.

Tras el mensaje del BCE, el euro, que había abierto el día a la baja experimentó un brusco repunte que se fue moderando con las palabras de Draghi, mientras que las bolsas también se vieron reducidas por la inquietud de los inversores y con los bancos en terreno negativo al posponerse una vez más cualquier decisión sobre un alivio para el impacto negativo que tienen en sus balances los tipos negativos. "Seguiremos monitorizando", fue la promesa que hizo Draghi al respecto.

"La reunión de hoy marca efectivamente el comienzo del fin del reinado de Draghi. Las acciones políticas reales del BCE fueron modestas y las previsiones del BCE se basan más en la esperanza que en la experiencia. Su mandato finaliza en noviembre, puede que ahora sea un débil presidente del banco central, incapaz de imponerse a las políticas que no cuentan con el apoyo total del consejo de gobierno", considera Andrew Mulliner, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson Investors.

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