La dirección de BBVA se esforzaba el pasado viernes, durante la presentación de sus resultados de 2019, en recalcar las fortalezas de unas ganancias exhibidas como las mayores de las última década.

Pero un renglón de dichas cuentas restaba fuerza a sus argumentos. El ajuste de 1.318 millones de euros en el fondo de comercio de su filial de Estados Unidos, por el deterioro de su actividad en este mercado, suponía un borrón difícil de ocultar pese al desempeño mejor de lo esperado de otros mercados, como México o Turquía.

Este ajuste, anticipado ya el pasado diciembre, ha servido en las últimas semanas a las firmas más críticas con esta apuesta del banco que preside Carlos Torres Vila para reiterar sus dudas. Ya antes del mismo, la agencia Alantra se atrevía a sugerir la conveniencia de que BBVA se deshiciera de Compass, su filial estadounidense, para destinar los recursos obtenidos -estimados entre 8.000 y 10.000 millones- en activos más rentables.

BBVA obtuvo en 2019 un beneficio de 590 millones en EEUU, un 24% menos que el año anterior

Y lo cierto es que, con independencia del ajuste del fondo de comercio, las cuentas presentadas la pasada semana volvieron a dejar algunas notas para el escepticismo. BBVA obtuvo en Estados Unidos un resultado atribuido de 590 millones de euros, un 9,8% del total del grupo, y un 24% menos que en el ejercicio anterior.

Y estas cifras iban acompañadas de un deterioro del margen de intereses sobre activos totales medios y un incremento de los deterioros de activos, plasmado en un notable repunte del coste del riesgo.

Nada de eso, sin embargo, hace flaquear la apuesta de BBVA por su presencia en la mayor economía del mundo. Al menos así lo expresaban el pasado viernes tanto Torres Vila como el consejero delegado de la entidad, Onur Genç, quienes insistieron en el elevado potencial de crecimiento que presenta el país.

Una visión que a priori podría resultar chocante con la idea de una economía, la estadounidense, que parece haber dejado atrás el mejor momento del ciclo y donde el retorno de las rebajas de tipos de interés amenaza con añadir una presión adicional a los márgenes bancarios.

Pero en BBVA basan su confianza en su distribución geográfica dentro del país y, en especial, en su presencia en el estado de Texas. El negocio estadounidense del banco se centra, principalmente, en el sur del país, con sus cerca de 650 oficinas repartidas entre los estados de Alabama, Arizona, California, Colorado, Florida, Nuevo México y Texas, donde se concentran más de la mitad.

Aunque la filial de la entidad española tiene su origen en Alabama, donde es el segundo mayor banco en el ranking por depósitos, es en Texas, donde ocupa la cuarta posición -por detrás de los gigantes locales JPMorgan, Bank of America o Wells Fargo-, donde ve un mayor potencial de desarrollo.

"Es una economía que por sí sola sería de las mayores de Europa y crece a un ritmo superior al de Estados Unidos", resaltaba Torres Vila, mientras Genç recordaba que la entidad cuenta en el mercado texano con una cuota de mercado de apenas el 5%, que les otorga una amplia capacidad de crecimiento.

Fortaleza del empleo

Con alrededor de 29 millones de habitantes, el que es el segundo mayor estado del país, registró en el tercer trimestre de 2019 un crecimiento anualizado del 4%, unas cifras que casi duplicaron el de Estados Unidos y superaron con creces a las de los restantes estados, generando durante el año casi 1.000 empleos al día.

Estas robustas cifras, además, parecen no ser flor de un día. En un reciente discurso, el economista de la Fed de Dallas Keith Phillips, señalaba su confianza en que Texas seguirá creciendo con fuerza en 2020, liderando la creación de empleo en el país, registrando nuevos mínimos históricos en la tasa de paro.

Desde la agencia Moody's también se mostraban confiados en las perspectivas del estado, fronterizo con México, en su último informe, fechado el pasado agosto, subrayando que, "a largo plazo, el fuerte crecimiento de la población de Texas, especialmente de su población en edad de trabajar impulsará el empleo a un ritmo más rápido que en la nación".

El reciente derrumbe de los precios del petróleo es una amenaza para un estado muy vinculado al crudo

En dicho informe, los analistas de Moody's destacaban también la fuerte diversificación que ha experimentado en los últimos años, como la tecnología, la investigación, los servicios y los cuidados médidos, que han favorecido un amplio desarrollo de ciudades como Austin, Dallas y San Antonio.

No obstante, Texas es un estado con una importante vinculación al negocio del petróleo y el reciente derrumbe de los precios genera ciertas incertidumbres, aunque la Fed de Dallas confía en que el impacto sea reducido.

Todos estos elementos vienen en respaldo de las buenas expectativas de BBVA para su negocio en Estados Unidos, donde mantiene puesto el foco en el crecimiento de la actividad y la gestión del riesgo, según detalló en su presentación de resultados.

La dirección del banco español recalca, además, que su presencia en Estados Unidos es un excelente complemento para otras apuestas internacionales en mercados en desarrollo, como México, Turquía o Latinoamérica.

Con todo, entre los analistas siguen persistiendo ciertos recelos hacia una filial a la que se destina un 17% del capital y que seguirá generando una de las tasas de rendimiento más bajas entre las divisiones del grupo y aportará no más del 13% del beneficio ajustado de BBVA, según las proyecciones para 2020 de JPMorgan, que le da al negocio estadounidense un valor de 0,7 euros por acción, apenas el 12% de la valoración total de la entidad.