El Ibex 35 cierra la semana al filo de los 10.000 puntos. El índice bursátil español, que no se situaba en cotas tan elevadas desde junio de 2018, salda los últimos cinco días con ganancias del 1,5%, que consolidan un brillante inicio de curso, que no ha logrado empañar ni el impacto del coronavirus ni la marcha errática del sector financiero.

Los inversores se han aferrado al discurso de que la economía está en fase de recuperación, que todos sus temores del pasado han resultado errados, y mecidos por el apoyo de los bancos centrales regresan en tromba a unos mercados que siguen deparando alegrías a escala internacional.

En el mercado español, la remontada del Ibex en 2020, que supera ya el 4%, tiene como nombres propios destacados a Cellnex e Iberdrola, precisamente dos de las empresas que mejor lo hicieron el ejercicio anterior, y que mantienen la dinámica positiva en los primeros meses del presente, superando sus propios récords.

Tras situarse ambas al frente del índice este viernes suman más de un 23 y un 20%, respectivamente, en el año, lo que a Iberdrola le vale para dejar ya atrás la marca de los 70.000 millones de euros de capitalización, estirando su espectacular escalada y consolidándose como la segunda mayor compañía de la bolsa española.

Los inversores se aferran a la confianza en que el impacto del coronavirus no truncará la recuperación de la economía global

El tirón del sector eléctrico, al que este viernes se unieron también Naturgy, Red Eléctrica y Enagás, con subidas entre el 2 y 1,79%, sirve para compensar las dudas de un sector financiero que no logra recobrar la confianza de los inversores: CaixaBank restó más de un 2%, Bankia superó el 1,8% de pérdidas y BBVA también se anotó caídas por encima del 1%.

Las ganancias de la bolsa española tienen el mérito de haberse producido en esta ocasión al margen de la evolución de las grandes plazas internacionales, en las que se impusieron las pérdidas (leves, eso sí), mientras las distintas organizaciones y firmas de análisis siguen lanzando mensajes más o menos inquietantes sobre la amenaza que representa la crisis sanitaria desatada por el virus de China para la economía global.

Pero ni la confirmación de que Europa cerró el último trimestre de 2019 con su menor crecimiento en más de un lustro, ni la mala acogida a los resultados de grandes compañías europeas como Renault, RBS o Astrazeneca hicieron disparar el nerviosismo de un mercado muy confiado en que seguirá contando con el respaldo del dinero de los bancos centrales para hacer frente a las posibles dificultades que se presenten en el horizonte inmediato.

Tras la fuerte remontada registrada por las bolsas en los últimos días, que ha llevado a Wall Street y al EuroStoxx a registrar nuevos récords, los expertos auguran que serán las noticias sobre la evolución del coronavirus, junto a la oleada de datos macroeconómicos y resultados corporativos que se conocerán en los próximos días, las que determinarán la evolución del mercado y marcarán el destino de un Ibex que vuelve a sentirse capaz de superar los 10.000 puntos por primera vez en casi dos años.