Santander ha decidido echar el cierre a cientos de oficinas para proteger a la plantilla que ofrece servicio en sus sucursales del contagio del coronavirus o COVID-19 al tiempo que mantiene el servicio al que le obliga el estado de alarma decretado el pasado sábado por el Consejo de Ministros. La red total del banco en España está compuesta por 3.235 oficinas.

En el marco de las restricciones a la libre circulación impuestas por el Gobierno, acudir al banco es uno de los pocos movimientos que los españoles pueden efectuar en estas dos semanas de confinamiento, por lo que las entidades están obligadas a ofrecer sus servicios en las sucursales con toda normalidad. 

No obstante, los empleados de banca también son potenciales víctimas del contagio por COVID-19, por lo que tanto Santander como el resto de las entidades del país buscan soluciones para continuar con el servicio sin incurrir en riesgos para su plantilla.

Así, el banco que dirige Ana Botín ha decidido echar el cierre a parte de su red y someter a sus trabajadores a turnos para disolver las altas concentraciones de personas en las sucursales, según ha confirmado el banco.

De acuerdo con fuentes sindicales, para asegurar una adecuada prestación del servicio, todos los territorios por los que se extiende la red de Santander se mantendrían cubiertos, de forma que si una localidad solamente tiene una sucursal, esta permanecerá abierta. El Banco de España así lo decretó el domingo en un comunicado, en el que añadía que los cajeros automáticos de toda España se mantendrán en “plena operatividad”, lo que ahorrará accesos al interior de las oficinas.

Además, el banco ha decidido dividir los equipos de su red comercial. En un comunicado, Santander explica que desde este martes reubicará a parte del personal de las oficinas que cierren temporalmente bien en otras sucursales para reforzar sus equipos y permitir su rotación en caso de necesidad, o bien en el servicio a clientes por los canales remotos desde sus domicilios.

Según explican las mismas fuentes sindicales, el banco establecerá dos turnos en sus sucursales para mantener el servicio de las oficinas. Así, la mitad de la plantilla de una oficina pasaría quince días teletrabajando, mientras la otra ofrece el servicio en la oficina, y al revés durante la quincena siguiente. Esta medida permitiría al banco reemplazar a un trabajador de sucursal por otro de la red que se encuentre teletrabajando si contrae el virus.

Esta medida es bien recibida en la representación de los trabajadores, desde donde la valoran positivamente, dado que alejaría la posibilidad de que la entidad lance un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) debido a la paralización de la actividad, como está ocurriendo con otras empresas, al tiempo que asegura el mantenimiento del servicio.

Los bancos piden operar en remoto

A pesar de que, por el momento, Santander mantiene todas sus oficinas abiertas, ha pedido a sus clientes que prioricen la operativa por canales remotos, como el teléfono o la banca digital, y que solamente acuda a las oficinas cuando sea estrictamente necesario. Nunca en el caso de haber contraído COVID-19, presentar síntomas o estar en contacto con alguien contagiado.

Pero Santander no es el único. Bancos como BBVA, Bankia y Bankinter han emitido recomendaciones similares, mientras que Sabadell ha puesto a parte de su plantilla de las sucursales a teletrabajar. Otras entidades, como CaixaBank y Deutsche Bank, han adaptado los horarios de sus oficinas para que solamente estén abiertas por la mañana.