La gran banca americana ha puesto ya cifras al impacto económico que sufrirá por el Covid-19. O, al menos, al que teme. Los grandes bancos de Estados Unidos han abierto la veda y se ha protegido ante posibles impagos derivados de la recesión que viene con unos 23.000 millones de dólares (unos 21.000 millones de euros al cambio actual), con lo que marcan el camino a seguir a la banca europea y, por ende, a la española, que empezará a presentar sus resultados la semana que viene.

La palma se la lleva JP Morgan, el mayor banco de Estados Unidos por activos, que al cierre del primer trimestre del año se ha dotado con provisiones por 8.285 millones de dólares (7.597 millones de euros). Este importe es más de cinco veces superior al registrado en el primer trimestre del ejercicio 2019, lo que ha llevado al banco a ver cómo su beneficio cae un 69% al cierre de marzo de 2020 con unos ingresos bastante estables de un año a otro.

El riesgo de crédito, con una recesión en ciernes, es más palpable que nunca, como demuestran también los resultados de Bank of America. La entidad estrenó el año con una caída del 45% en su beneficio, a lo que llegó tras provisionar 4.800 millones de dólares (4.398 millones de euros), casi cinco veces más que un año antes, también con ingresos similares.

En la misma línea, Citigroup dotó 4.893 millones de dólares, un importe muy superior al del mismo trimestre del 2019, y su beneficio cayó un 46% al cierre de marzo, pese a que los ingresos del banco crecieron un 12%.

El riesgo de crédito también ha llevado a Wells Fargo a dotar provisiones por 4.000 millones de dólares (3.664 millones de euros al cambio actual), una cifra que supone quintuplicar el colchón de protección que tenía el banco un año antes. En consecuencia, su beneficio cayó un 90%.

Dentro de los grandes bancos estadounidenses, Goldman Sachs fue el que dotó un importe de provisiones mucho menos abultado. El banco cerró marzo con un colchón de 937 millones de dólares (858 millones de euros), cuatro veces más que un año antes. Sus ganancias cayeron casi un 50%.

Estas fortísimas provisiones realizadas por la banca estadounidense marcan el camino que tendrá que seguir la banca europea y, por ende, la española, cuya presentación de resultados se inicia el próximo jueves, para protegerse ante el previsible aumento de la morosidad que traerán las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria.

Bankia y Sabadell, en pérdidas

Por el momento, solamente Santander ha advertido sobre sus próximos resultados al explicar que no podrá cumplir con sus objetivos anuales en México y que el efecto negativo durará hasta al menos la primera mitad de 2021. Además, el banco que preside Ana Botín decidió suspender sus previsiones para el negocio en Estados Unidos hasta tener más claridad sobre la evolución de la economía tras el Covid-19.

Las casas de análisis son bastante pesimistas con la cuenta de los bancos españoles para este año y, de hecho, pronostican pérdidas para Sabadell y Bankia, así como una oleada de profit warnings para el conjunto del sector, que deberá dotar provisiones por la incertidumbre sobre la evolución de la economía.

Al menos, deberán generar colchones contra el riesgo de crédito para protegerse ante la oleada de impagos que puede producirse acompasada al incremento de la tasa de desempleo, que el FMI estima que se situará en el 20,8% al cierre del año.