Las políticas de igualdad y los avances sociales hacen que las madres de este siglo poco tengan que ver con las del siglo pasado en términos demográficos y económicos. Sin embargo, siguen ocurriendo realidades que diferencian a hombres y mujeres en relación a la paternidad. Por ejemplo, que la ocupación laboral de las mujeres se reduce según el número de hijos que tengan, algo que no ocurre con los varones.

La tasa de empleo de las personas entre 25 a 49 años con hijos de hasta 12 años varía hasta 20 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. En el caso masculino se sitúa en el 89,4, mientras que en el de ellas está en el 68,2%. Además, las mujeres ven cómo disminuye su tasa de empleo a medida que aumenta el número de hijos, de 69,9% para las que tienen uno, 68,4% con dos y 47,7% con tres. Se trata de una correlación que no se da en los hombres, cuya tasa de empleo aumenta hasta el 90,3% para aquellos que tienen dos hijos.

El trabajo y la maternidad no están reñidas, pero solo el 18,3% de las mujeres menores de 30 años tuvieron a su primer hijo mientras trabajaban. Esa cifra se incrementa a partir de los 30 y alcanza el 47,4% para las mujeres de entre 30 y 34 años y del 50,4% para aquellas entre 35 y 39 años. Es significativo que en todos los grupos de edad, el porcentaje de mujeres que tuvieron su primer hijo estando inactivas (no estando disponibles para trabajar) es superior al 30%.

Estos datos se explican por las razones que atribuyen las mujeres de los distintos tipos de edad a sus motivos para no tener hijos. En el caso de las menores de 30 años, el principal motivo son “razones económicas, laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral”, un porcentaje que disminuye en el resto de grupos de edad.

Por otra parte, según la Encuesta de Fecundidad del Instituto Nacional de Estadística, el número de hijos es mayor entre las mujeres paradas o inactivas que entre las trabajadoras. La cifra más alta es 1,5 de las mujeres ocupadas con 40 años o más años y de 1,8 hijos en las mujeres inactivas de la misma edad.

Actualmente, la edad media de maternidad de las mujeres españolas está en los 32,7 años, ligeramente por encima de los 29,9 de las extranjeras residentes en nuestro país. Los motivos para que esa edad sea cada vez más tardía son diversos. Pero entre ellos se encuentran varios motivos de carácter económico y laboral.

Hogares monoparentales feminizados

En términos de riqueza, las mujeres tienen mayor riesgo de pobreza que los hombres. Además, estas son más a menudo el único cabeza de familia en los hogares monoparentales, que sufren mayor riesgo de exclusión. En España, según los datos del INE, hay 1,8 millones de hogares monoparentales, de los cuales, 1,5 millones están encabezados por mujeres y el 50% de ese tipo de hogares está en riesgo de pobreza.

Según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN España), el perfil de la persona perceptora de rentas mínimas autonómicas es el de una mujer española, de entre 35 y 44 años, con hijos/as a cargo y bajo nivel de estudios.

Conciliación

La conciliación es uno de los aspectos en los que más han trabajado las empresas en los últimos años. Sin embargo, el cuidado familiar sigue estando muy feminizado. Los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, correspondientes al primer trimestre del año señalan que el 87,64% de las excedencias por cuidado de hijo, menor acogido o familiar correspondieron a mujeres, mientras que el 12,35% fueron para hombres.

Las diferencias entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y económico están vinculadas a la maternidad y a la feminización de los cuidados como demuestran los datos estadísticos.