El teletrabajo ha sido la alternativa ‘forzada’ para continuar la actividad durante la crisis del coronavirus para muchas empresas. Un cambio en la rutina laboral que no es habitual en España. De hecho, según la Encuesta de Población Activa (EPA) a cierre de 2019 solo el 8,3% de los ocupados trabajaba al menos ocasionalmente desde casa.
El Banco de España estima, en el informe El teletrabajo en España, que esa cifra podría ascender al 30,6% de los empleos. Se trata de una media entre distintos tipos de puestos según la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO 2011), por lo que ese porcentaje sube hasta el 58,9% para los técnicos y profesionales científicos e intelectuales y cae hasta el 1,6% para los artesanos y los trabajadores cualificados de las manufacturas.
El cálculo de la entidad que dirige Pablo Hernández de Cos es realista. Según las encuestas realizadas por Funcas, entre el 27 y el 34% de los hombres teletrabajaron entre el 16 de marzo y el 19 de abril. En el caso de las mujeres, las cifras se elevan ligeramente y se mueven entre el 29 y el 40%.
Esto indica que, cuando el teletrabajo es la opción más segura para continuar con la actividad -dentro de las posibilidades de cada empleo- se apuesta por él. Sin embargo, en condiciones generales de movilidad, la opción de trabajar desde casa pierde peso. En consecuencia, “aún existe un amplio margen de mejora en el uso de esta modalidad de trabajo”, señalan Brindusa Anghel, Marianela Cozzolino y Aitor Lacuesta, autores del informe del Banco de España.
Suecia o los Países Bajos ya cuentan con el 30% de los empleados teletrabajando mientras que “esta modalidad de trabajo es prácticamente inexistente en Chipre, Bulgaria o Rumanía”, según los datos de Eurostat. España está por debajo de la media europea mientras que Francia supera el 20%.
Cálculo del Banco de España
Para el cálculo, la institución utiliza un estudio de dos autores estadounidenses junto con la Occupational Information Network (O*NET). De esta forma, se excluyen los empleos donde se pasa “la mayor parte del tiempo caminando o corriendo”, también si el correo electrónico se usa “menos de una vez al mes”, si se trabaja “al aire libre todos los días” o si se está expuesto “a enfermedades o infecciones al menos una vez a la semana”. También quedan fuera aquellos puestos de trabajo que tienen que ver con el “manejo, control, movimiento o inspección de maquinaria, o el trabajo directo con el público”.
Teniendo en cuenta estas características, el Banco de España apunta que los 1,6 millones de ocupados que trabajaron más de la mitad de los días u ocasionalmente desde casa en 2019 podrían multiplicarse hasta los 6 millones.
“La posibilidad de trabajar desde casa depende del tipo de trabajo y del grado de preparación de la empresa para permitir que esta actividad se desarrolle desde el domicilio"
Como recuerda el informe, “la posibilidad de trabajar desde casa depende del tipo de trabajo y del grado de preparación de la empresa para permitir que esta actividad se desarrolle desde el domicilio, de las condiciones de la residencia habitual de la persona y de su capacidad para trabajar en remoto, así como de las redes e infraestructuras de las que disponga su área de residencia”.
Capacidad de mejora
El informe dibuja las posibilidades de mejora de distintos perfiles. Por características laborales, los asalariados con contrato indefinido podrían pasar del 4,6 al 30,7% de los empleos en teletrabajo. En cambio, los autónomos, donde el teletrabajo es más habitual podrían pasar del 30,2 al 41,2%.
Por tamaño de la empresa, el informe cree que aquellas con más de 50 trabajadores podrían mejorar más y pasar del 7,3% al 34,3% o del 4,4 al 31,7% en las compañías de más de 250 trabajadores. En el caso de las ocupaciones, tanto directores y gerentes como técnicos y profesionales científicos o intelectuales podrían duplicar su tasa de teletrabajo, actualmente ligeramente por encima del 20%.
Las profesiones relacionadas con la información y las comunicaciones, así como las actividades inmobiliarias son las que podrían alcanzar mayor tamaño en términos de teletrabajo. “En el lado opuesto se encuentran sectores como la agricultura, la construcción, la hostelería y el servicio doméstico, en los que la posibilidad de teletrabajo es limitada”, añade el informe.
Por edades, a más experiencia, mayor tasa de trabajo en remoto. “Se tienen un reflejo en los colectivos de población y en las regiones. Así, por edades, se observa que los mayores de 65 años tendrían un elevado margen de mejora en el teletrabajo, y prácticamente la mitad de este colectivo (43,5%) podría pasar a trabajar de forma no presencial”, refleja el documento.
En cuanto a las regiones, la Comunidad de Madrid, el País Vasco y Cataluña podrían sumar 20 puntos porcentuales al porcentaje actual de empleados que trabajan desde casa.
En definitiva, pese al empujón que ha supuesto el teletrabajo por el coronavirus, las cifras de la EPA dibujan un escenario en el que España tiene que cambiar a marchas forzadas si quiere asimilarse a sus vecinos europeos en términos de trabajo en casa.
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