El impacto sorpresivo de la crisis del Covid-19 ha sido especialmente fuerte en aquellos hogares que no contaban con ahorros y que, por tanto, no podían hacer frente a sus obligaciones financieras una vez dejaron de tener ingresos debido a la paralización de la actividad tras la declaración del estado de alarma. Esta situación es especialmente sangrante en los trabajadores de sectores como la hostelería o el comercio, los más afectados por esta crisis, pues uno de cada dos tiene ahorros en su cuenta corriente que no llegan a lo que cobra cada mes, por lo que vive al día.
"La mitad de los trabajadores de estas industrias que se han visto afectados por la crisis reside en hogares cuyos ahorros en cuentas corrientes son inferiores a un mes de renta del hogar". Así lo constata el Banco de España en su Informe Anual correspondiente a 2019, en el que incluye algunas valoraciones sobre las consecuencias de la crisis del Covid-19.
Casi 3 millones de trabajadores de estos sectores viven con ahorros inferiores a su sueldo de un mes
Más concretamente, se encuentra en esta situación uno de cada dos empleados de los sectores del comercio minorista, la hostelería, la educación, las actividades artísticas y recreativas y otros servicios personales, actividades que el supervisor bancario considera "industrias sociales".
La proporción desciende a uno de cada tres si se tiene en cuenta no solo el dinero que se guarda en una cuenta corriente, sino también activos financieros menos líquidos como los fondos de pensiones, que son menos líquidos, o las acciones de Bolsa, que son más arriesgados.
Se trata de trabajadores de los sectores más afectados por la crisis que llegó tras la pandemia, que, pese a la recuperación de algunas actividades muy concretas, vivirán un invierno largo aún hasta poder recuperarse del todo.
Casi 3 millones de personas
Unos 2,8 millones de personas se encontrarían en la primera situación, la de vivir al día, es decir, con menos de una nómina ahorrada y depositada en el banco, dado que en los sectores que se encuentran dentro de estas "industrias sociales" trabajaban al cierre del primer trimestre de este año casi 6 millones de personas.
Más concretamente, al terminar marzo había 1,96 millones de personas trabajando en comercio minorista, 1,58 millones en hostelería, 1,39 millones en educación, 311.200 en servicios personales y 402.000 en actividades artísticas, de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Con estos datos, la conclusión del Banco de España es que estos trabajadores "disponen, en general, de recursos más limitados para sostener su gasto" que los empleados de otros sectores, como la agricultura, las manufacturas, la construcción, las actividades inmobiliarias, financieras, administrativas, profesionales y técnicas, y la Administración Pública.
Los trabajadores de estos sectores, que el Banco de España considera "regulares" y que han sido menos afectados por el impacto económico de la paralización de la actividad tras la llegada de la pandemia, disponen de más ahorro que los anteriores. De estos, solo el 26% vive en un hogar en el que los ahorros depositados en el banco son inferiores a un mes de renta, frente al 50% de los sectores más afectados, y la mitad tiene activos financieros superiores a cuatro meses y medio de su renta.
El Banco de España aporta, demás, otro dato que demuestra la brecha del ahorro entre ambos grupos. La riqueza neta mediana de los hogares en los que residen los empleados en las llamadas "industrias sociales" (el grupo más afectado) es de 109.000 euros, es decir, un 17% inferior a la de los hogares del resto de los trabajadores.
En estos sectores más afectados por la paralización de la actividad por la pandemia, las mujeres y los jóvenes representan la mayoría. Y no solo eso. Conforman la mayor parte de estos trabajadores los que perciben rentas más bajas y los que tienen escasa disponibilidad de activos financieros para poder enfrentarse a una reducción de ingresos.
Estas conclusiones llevan al supervisor a subrayar que es conveniente "focalizar las medidas de sostenimiento de las rentas y el empleo" para que tengan en cuenta el impacto asimétrico de la crisis los grupos de trabajadores más vulnerables.
Más concretamente, el Banco de España se refiere, dado que se trata de sectores con actividades más físicas e interactivas, a impulsar la formación de estos trabajadores en otras habilidades demandadas en sectores con potencial de crecimiento elevado, con el objetivo de aumentar su empleabilidad.
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