Será una de las ‘fábricas’ de hidrógeno en Europa. El pulmón se construirá en Euskadi, una de las regiones con mayor peso industrial del país, y permitirá en una primera fase producir 20.000 toneladas de hidrógeno renovable y con ello reducir la huella de carbono en 1,5 millones de toneladas de CO2 al año. El plan es ambicioso y lo lidera Repsol-Petronor junto a un consorcio institucional y empresarial que afrontará en el plazo de los próximos cuatro años un plan de inversiones de 1.300 millones de euros. El proyecto supondrá la generación de más de 8.000 empleos (1.340 puestos de trabajo directos y otros 6.700 indirectos).

El llamado ‘Corredor Vasco del Hidrógeno’ se ha propuesto dar un salto de gigante en los procesos de descarbonización en sectores como la Industria pesada, el energético o el sector servicios. Es uno de los pasos determinantes en el cambio de modelo energético y económico que se requiere desde Europa en los procesos de reducción de emisiones contaminantes y la apuesta por las energías renovable.

En esta apuesta concebida como una transformación de modelo energético profundo y de futuro, participan empresas como Sener, Tubacex, CAF, Irizar, Sidenor o Idom, entre otras. El programa plantea la conformación de una cadena de producción de hidrógeno mediante la construcción de infraestructuras que van desde las fábricas de electronizadores, hasta el desarrollo de proyectos como la pila combustible, el desarrollo de surtidores de hidrógeno o la puesta en marcha de aplicaciones para favorecer el tren y vehículos movidos con sistemas y motores de hidrógeno.

Emisión cero en 2050

Se trata de uno de los proyectos de transición energética más relevantes puestos en marcha y para los que las instituciones vascas confían en poder disponer de fondos europeos. El punto de partida pasa por el reto de Repsol-Petronor de alcanzar la cuota de ‘emisión cero’ dentro de la compañía en 2050. A través de su filial, Petronor, aspira a hacer del País Vasco un Hub del hidrógeno y reforzar el perfil de economía verde.

Dentro del consorcio ahora constituido figuran 58 empresas, 12 centros de conocimiento y 8 entidades institucionales, entre ellas el Gobierno vasco. El plan de actuación que requerirá la construcción del llamado ‘Corredor vaso del Hidrógeno’ estima que se requerirán 34 proyectos o actuaciones para dar forma a la cadena de valor necesario para avanzar en esa transformación del tejido productivo.
La producción de hidrógeno renovable requerirá plantas de generación y otras infraestructuras y aplicaciones.

Una de las intervenciones más relevantes es la construcción de tres plantas, por una inversión total de 650 millones, que permitirán la producción de 112 Mw de hidrogeno. La primera de ellas será la planta de Petronor, que se estima que pueda estar operativa el próximo año. Su objetivo será alimentar, gracias a sus 2Mw de capacidad, alimentar de energía limpia al parque tecnológico de Abanto.

La segunda de las plantas será de Enagás, Petronor y el Ente Vasco de la Energía (EVE). Se levantará en el Puerto de Bilbao y se calcula que pueda estar en funcionamiento en 2024. Tendrá 10 Mw de capacidad destinadas a la producción de combustibles sintéticos.

Ubicación idónea

Por último, la operación del corredor vasco de hidrógeno incluye la construcción de una tercera planta para 2025. Será la de mayor potencia, con 100 Mw y se destinará a labores de descarbonización de la actividad productiva de Petronor. El plan logístico se completará con una planta de fabricación de biogás que, a partir de residuos sólidos urbanos, producirá hidrógeno.

De modo paralelo, el plan de actuaciones diseñado se completa con investigaciones y desarrollos tecnológicos e industrial necesarios para la cadena de valor. La digitalización de toda la cadena de valor se presenta como esencial para el éxito del macroproyecto. Para esta labor se prevé una inversión de casi 250 millones de euros.

A todo ello se debe sumar otros 50 millones de inversión reservados para el desarrollo de investigaciones sobre posibles aplicaciones del hidrógeno en acciones de movilidad como el transporte de pasajeros, el transporte de mercancías o para la generación de calor para usos residenciales o industriales.

La ubicación del proyecto en el País Vasco responde a la singularidad del tejido empresarial vasco y a sus infraestructura, así como su ubicación geográfica. Dispone de elementos como el Puerto de Bilbao, con experiencia en LNG, la cercana refinería de Petronor en Muskiz, que actuará como generador y consumidor de hidrógeno, y cuenta además con una malla de gasoductos para el transporte del hidrógeno que se genere.

Actualmente en el País Vasco el peso de la Industria alcanza el 25% del PIB, con lo que la posibilidad de conformar un ecosistema del hidrógeno representa una oportunidad estratégica para avanzar en la vía de la descarbonización.