Este martes a las 11 de la mañana la dirección de CaixaBank ha convocado a los representantes sindicales para comenzar a negociar el ajuste de plantilla fruto de la fusión con Bankia. Se trata de una primera "toma de contacto" en la que se configurará la mesa negociadora, según indican fuentes sindicales.

A la reunión, los representantes de los trabajadores llegan sin una propuesta concreta, dispuestos a escuchar lo que la dirección les ofrece. Durante la presentación de la entidad ya fusionada, el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, explicó que la voluntad del banco es la de priorizar los criterios de "voluntariedad" y "meritocracia".

Desde CCOO, apuntan que en el proceso de negociación "hay que evitar las medidas traumáticas" y primar la "voluntariedad". En esta línea, esperan que se mantengan o mejoren las condiciones laborales para la plantilla que se quede trabajando en el banco. Por su parte, UGT defenderá que no haya movilidad geográfica, así como la voluntariedad "total" de las salidas que se produzcan.

Las fuentes consultadas señalan que no está previsto que tras la reunión de este martes se den a conocer números o medidas para la reestructuración, algo que según indican, podría conocerse a partir de la tercera o la cuarta reunión entre dirección y sindicatos. "El calendario será poder cerrar conversaciones a final del segundo trimestre y tenerlo resuelto lo antes posible", afirmó Gortázar. Después de esta primera toma de contacto se iniciará el periodo previo de consultas que puede alargarse unos 15 días.

Tras esta reestructuración, la entidad quiere comenzar un nuevo camino sin nuevos ajustes. Está previsto que en la primera mitad de 2022, CaixaBank presente un plan estratégico.

Analistas calculan 8.000 salidas con el ERE de CaixaBank

Gortázar no ha adelantado cifras sobre las salidas que podrían producirse en los próximos meses. El consejero delegado indicó que el ajuste se producirá en una sola fase y que afectará tanto a oficinas como a servicios centrales.

Aunque todavía no hay cifras oficiales, varios analistas cifran en unas 8.000 las salidas que serían necesarias. Las plantillas de Bankia y CaixaBank por separado sumaban a cerca de 51.000 trabajadores a cierre de 2020. Entre ambas entidades, sumaban más de 11.700 empleados mayores de 50 años.

Bankia presentaba antes de la fusión una plantilla más envejecida, casi un tercio de los empleados, el 32,99% tenía más de 50 años. En el caso de CaixaBank, los mayores de 50 años a cierre de 2020 eran el 18,68%.

Si CaixaBank sigue la línea de otras entidades, las prejubilaciones pueden ser el mecanismo más usado. Sin embargo, Gortázar negó que el plan de reestructuración se vaya a dirigir a un grupo de edad concreto, por ello, subrayó a la meritocracia y a la voluntariedad como criterios principales.