"Prolongar la edad de jubilación con tanto desempleo juvenil es un gran error". "¿Para qué quiere el Gobierno que nos jubilemos más tarde, si los jóvenes no tienen trabajo?". "Mejor me retiro y así dejo paso a las generaciones que vienen detrás y tienen más energía, de lo contrario no podrán entrar". Estas son algunas de las preguntas y afirmaciones que se plantean muchas de las personas que están cerca de jubilarse. Y que, en gran medida, son inexactas.
El funcionamiento del sistema de pensiones es uno de los mecanismos que más ha preocupado a los españoles durante los últimos años, como el mismo Gobierno alerta en el Plan de Recuperación que ha enviado a Bruselas y que le permitirá acceder a hasta 140.000 millones de euros (casi la mitad en concepto de subvención, es decir, que no tendrá que devolver) para salir de la crisis provocada por la pandemia.
Por eso, la reforma de la actual ley de pensiones que el Gobierno ha pactado con sindicatos y organizaciones empresariales busca, entre otros, rectificar «la imagen distorsionada de desequilibrio del sistema percibida por los ciudadanos (…) que está generando alarmismo e incertidumbre a los pensionistas y al conjunto de la población». En esencia, corregir esa sensación de la población de que la hucha de las pensiones se está vaciando y no va a quedar suficiente para todos, además de transmitir tranquilidad ligando estas prestaciones a la inflación.
Entre los puntos que incluye el acuerdo no está aumentar la edad legal de jubilación en España (que ya se subió hasta los 66 años anteriormente y se decidió que en 2027 será a los 67 años), pero sí se busca que los españoles se retiren más tarde voluntariamente (ahora mismo, de media, nos jubilamos a los 64 años).
Esto se persigue a través de dos medidas: premiando más que antes a quienes prolonguen sus carreras profesionales más allá de la edad legal de jubilación, con cheques de hasta 12.000 euros para quienes retrasen su salida del mercado laboral, y penalizando más que antes a los que se jubilen anticipadamente de forma voluntaria solo uno, dos o tres meses para llegar a la edad legal, así como a los que pretendan retirarse dos años antes.
El Gobierno calcula que con estos cambios conseguirá retrasar la jubilación de millones de españoles y, con ello, reducirá el gasto que provocará ligar las pensiones al IPC (alcanzará 2,5 puntos de PIB en 2050, según fuentes del Gobierno) a la mitad (los 1,3 puntos de PIB aproximadamente).
Pero se trata de una medida que genera dudas en muchos españoles, incertidumbre como la que la Seguridad Social, precisamente, está decidida a disipar para dar seguridad a los ciudadanos. Entonces, ¿aumentar la vida laboral de millones de personas no provoca que los más jóvenes tengan más difícil encontrar trabajo?
Los expertos responden, en bloque, que no. El problema reside en que quienes piensan así ven el mercado laboral español como si se tratase de su propio entorno laboral, donde por cada trabajador que se jubila, entra uno nuevo a sustituirle, cuando la economía no funciona de esa misma manera.
"Este pensamiento está basado en una idea falsa: que la cantidad de puestos de trabajo es fija, y, por tanto, que para que entre alguien tiene que salir otra persona. Pero esto no es así, cuando crece la economía hay más puestos de trabajo. Mientras que en ese supuesto tendríamos una misma tarta y solo cuando sacamos un pedazo podríamos meter otros, la realidad es que esa tarta no tiene un tamaño determinado", explica la socióloga Elisa Chuliá, miembro del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, en conversación con El Independiente.
"El crecimiento de la economía genera empleos y no necesariamente tendrían que salir personas para que entren otros. Es difícil de comprender porque la riqueza tarda un poco en traducirse en puestos de trabajo, pero lo cierto es que una economía mayor, que crece, crea también empleo", añade.
La incorporación de la mujer al trabajo no creó más paro
José Ignacio Conde Ruiz, miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, remarca la misma idea: "La participación laboral de los trabajadores mayores no tiene impacto en las oportunidades de empleo de los trabajadores jóvenes", apunta.
El economista señala que ese pensamiento "parte de una premisa que es falsa, que es suponer que la cantidad de trabajo está fija, y que por tanto si la ocupa un trabajador no la va a ocupar otro".
"Pero sabemos que esto no es así, y esto es un debate que viene de hace mucho tiempo. Por ejemplo, cuando se incorporó la mujer al mercado laboral, había muchos expertos que decían que esto limitaría las capacidades de empleo de los hombres. Hemos visto que no es así, otros dicen que los inmigrantes quitan el trabajo a los nativos y tampoco ocurre".
El error es común y tiene un nombre: la falacia del mercado laboral. Pero en las economías donde los empleados trabajan hasta edades más avanzadas, los jóvenes tienen más oportunidades y menores tasas de desempleo juvenil, señalan ambos, y sus salarios son incluso superiores. "De alguna forma no existe esa sustitución entre los trabajadores mayores y los jóvenes, sino que existe más una complementariedad", remarca Conde-Ruiz.
La incorporación de la mujer al mercado de trabajo no quitó empleo a los hombres, los inmigrantes no quitan el trabajo a los nativos y los mayores no quitan puestos a los jóvenes. En esa línea, Chuliá invita a pensar en términos de gasto: cuanta más gente está trabajando, más gente consume y más gente está percibiendo un salario, es decir, que se activa la economía. Ambos sostienen que, así, la idea de que aumentar la edad de jubilación repercute en el desempleo juvenil es "radicalmente falsa" y que hay un amplio consenso entre los economistas al respecto.
"La idea fundamental es que que se mantengan en el mercado de trabajo todos aquellos que tengan capacidad productiva nos interesa, nos interesa que todas las personas que puedan producir se mantengan en el mercado de trabajo, eso es importante", indica la socióloga.
Chuliá también lamenta la falta de tacto que ha tenido el Gobierno a la hora de explicar este proceso, así como que algunos de los agentes sociales continúen pensando que lo mejor es jubilar antes, cuando, insiste, "no está probado, no hay ninguna aportación seria de los economistas que sustente esa relación entre abandono del mercado de trabajo y reducción del paro juvenil. Hay un consenso absoluto sobre esto".
De esa misma manera, aboga por contrarrestar esta dinámica y transmitir a los mayores que no solo se trata mantener sistema pensiones, sino de que la economía del país se desarrolle y crezca. Sin "que resulte cínico", pero transmitiendo "que la gente con experiencia laboral, con conocimientos tan variados, es muy útil para el crecimiento de la economía".
Apartarles del mercado de trabajo desde el punto de vista macroeconómico no es razonable y habría que decírselo, podría contribuir a crear un clima de opinión más favorable a la demora de la jubilación. Los incentivos son importantes, pero acompañados de un discurso que sea creíble y que ponga en valor lo q es cierto, que es que muchas personas de las que se están jubilando estarían mucho mejor aportando su conocimiento y su experiencia a la economía.
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