Al hablar de un sistema energético sostenible, casi siempre pensamos en aerogeneradores y placas fotovoltaicas; en fuentes de energía renovables. El desarrollo de la eólica y la solar, entre otras, es, en efecto, la clave para llevar a buen término la deseada transición ecológica. Pero las redes, ese extensísimo sistema invisible que hace posible el sencillo gesto de encender la luz al llegar a casa o poner en marcha una turbina industrial, juegan también un papel fundamental.

Para llevar a buen término el cambio más importante en la historia de la energía es imprescindible una red moderna, inteligente y flexible. Capaz de integrar satisfactoriamente la aportación renovable; de procesar, con un alto grado de automatización y fiabilidad; la gestión de la demanda y la generación; y de facilitar el papel cada vez más activo de los clientes en sus decisiones como consumidores de energía.

El horizonte de la subestación digital

Las nuevas tecnologías no solo permiten mejorar la eficiencia de la red que hace llegar la energía hasta los hogares, industrias y comercios, sino reducir el impacto en el entorno. En este sentido, las subestaciones eléctricas ofrecen un inmejorable banco de pruebas para la digitalización de la red.

Estas instalaciones transformadoras, destinadas a elevar o reducir la tensión eléctrica para optimizar su transmisión y distribución, forman parte, desde hace décadas, del paisaje de la sociedad electrificada.

Más eficiente y sostenible

Red Eléctrica viene trabajando desde hace años en el desarrollo de la llamada subestación digital, un nuevo concepto basado en la instalación de nuevos sistemas de automatización y comunicación por fibra óptica. La digitalización permite aumentar su productividad, su funcionalidad y su fiabilidad, además de reforzar la seguridad de sus trabajadores.

La eliminación de grandes cantidades de cableado de cobre, la reducción del tamaño de los equipos y la optimización del mantenimiento y los materiales permite reducir la huella de carbono de estas instalaciones, además de mejorar su eficiencia técnica y económica.

Diez años de un hito

Aunque Red Eléctrica lleva desde 2005 trabajando en la digitalización de subestaciones, fue en 2011, en Perú, cuando logró por primera vez instalar un bus que comunica los equipos de protección y de control de interruptores a través de una red Ethernet con fibra óptica que sustituye al cableado eléctrico. Desde entonces, ha desarrollado proyectos en Chile, Rocamora (Alicante), Cañaveral (Cáceres) y Cariñena (Zaragoza).

El camino para la creación de la subestación completamente digital todavía no se ha completado. Pero gracias al trabajo de innovación y desarrollo de Red Eléctrica, es un objetivo cada vez más cercano. Y, con ello, la transición energética un objetivo realista, más presente y menos futuro.