Los sindicatos UGT y CCOO y los empresarios de CEOE y Cepyme han detenido las reuniones que venían celebrando para negociar cuánto deberían subir los salarios de los convenios este año y los tres siguientes. Lo hacen por una mezcla de factores ligados al contexto actual de la crisis por la guerra en Ucrania, de los altos precios de la energía a que el Gobierno aún tiene pendiente anunciar cómo limitará el encarecimiento de la electricidad, algo que podría darles espacio para negociar.

"Están dándose margen hasta ver en qué se concretan las medidas del Gobierno, que después verán cómo compatibilizarlas con el acuerdo de salarios", aseguran fuentes cercanas a los negociadores. No hay convocadas reuniones para negociar esta subida salarial la próxima semana, tampoco se ha celebrado ninguna esta ni la pasada. Es así pese a que los agentes sociales venían encontrándose una vez a la semana desde el 3 de marzo con el objetivo de renovar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), caducado desde el año pasado.

Pese a todo, las partes afirman que los contactos continúan, aunque sea "de forma informal".

Las organizaciones sindicales arrancaron el año proclamando que en las reuniones con los empresarios exigirían subidas salariales en línea con la inflación media esperada para este año (en ese momento, alrededor del 3,7%). También pedían que los convenios incluyan cláusulas de revisión salarial, de manera que todos los convenios contemplen cambios si se produce una desviación de los precios inesperada. Actualmente solo el 16% de los convenios cuentan con este tipo de cláusulas.

Entonces los representantes de los empresarios no concretaron qué incremento estarían dispuestos a aceptar, pero sí pedían moderación para que la inflación no se convirtiese en estructural. Se escudaban así en el argumento de los economistas, que sostienen que aumentar los sueldos considerablemente en un momento de altos incrementos de precios solo provocaría más inflación.

Pero lo contrario, no subir los sueldos, lleva a que los trabajadores pierdan mes a mes capacidad de compra, ya que sus ingresos se mantienen igual mientras que los precios se disparan. En marzo, el IPC, mide la variación de los precios de la cesta de la compra de las familias, se ha disparado un 9,8%, cifra no vista desde hace 37 años y alcanzada tras 15 meses consecutivos de constantes aumentos. Pero hay productos que se han encarecido mucho más, como la electricidad, que lo ha hecho un 80%.

Estos precios imposibilitan que sindicatos y empresarios lleguen a un pacto sobre cuánto deberían revalorizarse los salarios de los nuevos convenios que se firmen, ya que no existen previsiones fiables sobre cuánto terminarán aumentando los precios este año de media. En principio, los sindicatos habían planteado un alza menor para este año y mayores para los próximos dos, de manera que los trabajadores recuperasen a lo largo de todo el periodo el poder adquisitivo que han perdido este año, pero sin dar pie a que se genere más inflación.

Mientras tanto, los sueldos pactados en convenio subieron un 2,26% hasta febrero, cinco puntos por debajo del IPC de ese mes y algo por encima de lo que aumentaron de media en 2021 (1,47%), según datos de la estadística de negociación colectiva del Ministerio de Trabajo y Economía Social. El anterior Acuerdo Interconfederal para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC), el de 2018-2020, planteaba subidas salariales del entorno del 2% más un punto porcentual ligado a conceptos como la productividad, los resultados empresariales y el absentismo laboral.

Hay que recordar que la subida salarial que recoge el AENC tan solo funciona como una guía para los negociadores de los convenios colectivos, pero después estos pueden fijar alzas en los sueldos por debajo de esa cifra. El ordenamiento jurídico no obliga a que el aumento que aparece en el AENC se traslade a los nuevos convenios.

No habrá pacto de rentas si no se limita el precio del gas

Por todo ello, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, pidió este miércoles al Gobierno que limite los precios del gas, para que así bajen los de la electricidad y los agentes sociales puedan negociar el AENC. "Es condición sine qua non para que haya un pacto salarial que las medidas que el Gobierno tome para fijar topes a los precios del gas para reducir la factura energética de las familias y las empresas sean ambiciosas y contundentes", aseguró.

"A partir de ahí se podrá configurar un acuerdo salarial y un pacto de rentas, pero si esa medida no es ambiciosa, el pacto salarial va a ser terriblemente difícil y el pacto de rentas imposible, porque en este pacto tiene que involucrar todo el mundo y quién más lo tiene que hacer es quien viene forrándose de un sistema de precios energéticos disparatado en nuestro país", zanjó.

Además del AENC, los sindicatos y los empresarios tienen pendiente llegar a un pacto de rentas con el Gobierno que todavía no se ha concretado qué forma tendrá. Las tres partes han mantenido dos reuniones con este fin, la semana pasada y la anterior. En ellas, el Gobierno buscaba abordar cómo afrontar la carestía de precios, pero no se definió en qué consistiría este pacto que proclamaba Pedro Sánchez. Los agentes sociales no han sido convocados a encuentro con esta finalidad esta semana ni la próxima, ni tienen noticias sobre cómo se continuará trabajando.

Al mismo tiempo que los trabajadores pierden poder adquisitivo, mientras no negocien subidas salariales, el Gobierno asegura que los pensionistas pueden estar tranquilos, ya que la nueva ley garantiza que sus prestaciones se verán revalorizadas en la misma medida que el IPC. Si este alcanza de media este año el 7%, a lo que apuntan cálculos del centro de estudios Funcas, de este miércoles, el gasto en pensiones aumentaría este año en 10.000 millones.