Es una de las apuestas clave para descarbonizar el país. Explotado hasta la extenuación el subsuelo, ahora es tiempo de explotar el cielo, el viento y el sol. La transición energética en nuestro país aborda este reto en un momento de incertidumbre, de dudas sobre sus objetivos, plazos y viabilidad. Uno de los pilares de este camino hacia la energía verde es la eólica, una opción hoy con precios mucho más accesibles para el consumidor pero cuyos márgenes para quienes la producen se han ido estrechando hasta, en algunos casos, cuestionar su viabilidad.

La demanda de nuevos parques crece pero el sector considera que la Administración sigue sin despejar suficientemente el camino para su implantación se extienda y reclama que se aceleren las autorizaciones para su puesta en marcha de nuevas instalaciones que permitan lograr los objetivos de transición 'verde' energética fijados.

El valor de esta modalidad de producción energética y su precio se han convertido en uno de los debates para encarrilar su desarrollo. Las concesiones para instalar estos parques deben primar ambos aspectos, reclama el sector. España es, hoy por hoy, el segundo país con mayor generación de energía eólica. El suelo y mar de nuestro país cuenta con 1.260 parques eólicos. Tan sólo Alemania está por delante. A la generación energética se suma la producción de equipos que anualmente se exportan a todo el mundo.

Bilbao acoge desde ayer el 'Wild Europe', la cumbre energética que reúne a 330 empresas de todo el mundo dedicadas al sector eólico. Además de reclamar que se faciliten los procesos para autorizar este tipo de instalaciones, el sector pide que se pongan en marcha procesos de concienciación ciudadana que permitan reducir la oposición con la que en muchos casos deben enfrentarse los proyectos de parques eólicos. Una resistencia que ha hecho que la apuesta por parques eólicos marinos tome fuerza como alternativa con menor rechazo.

Integrar al medio ambiente

Las propias administraciones han elevado la voz en esta cumbre eólica ante la posibilidad de que el sector reduzca sus inversiones ante la disminución de la rentabilidad y la ralentización de su expansión. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, instó ayer al sector a mantener su apuesta por una alternativa energética necesaria e imprescindible para la descarbonización, para lograr el final de los combustibles fósiles que ansía Europa. Un sector energético que, recordó, se hace más necesario que nunca como aliado para fortalecer la autonomía energética europea puesta en evidencia tras la crisis por la invasión de Ucrania y la alta dependencia energética con Rusia.

Ribera apeló ayer a la necesidad de avanzar en este camino, no decaer en las inversiones, pero incorporando cada vez más la variable medioambiental en la ecuación de la generación eólica, "el medio ambiente debe ser integrado en esa aventura", subrayó.

De igual modo, la consejera de Desarrollo Económico del País Vasco, Arantza Tapia, aseguró que el desarrollo debe hacerse no sólo con el respaldo institucional sino también social. Las resistencias que estas instalaciones aún generan por su impacto "visual" debe modularse por el beneficio que tienen "para todos", dijo: "Cualquier parque eólico que se solicite se va a poder desarrollar pero con las necesarias garantías medioambientales. Este no es un problema sólo del País Vasco sino de toda Europa que debe superarse".

Emplea a 27.600 profesionales

Iberdrola, el gigante energético español, recordó ayer que fue pionero en la producción de energía eólica, de la que a finales de 2021 contaba con 18,9 GW operativos. Un balance cuyo crecimiento, según avanzó ayer el presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, quiere soportar también en un impulso a la energía eólica marina.

La compañía demandó ayer que se acelere la tramitación de permisos para la instalación de nuevos parques y poder alcanzar los objetivos de energías renovables. Actualmente Iberdrola cuenta con el 23% de la producción eólica. Recuerda que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 prevé alcanzar el 42% de consumo energético en fuentes renovables y en el que el sector eólico debe jugar un papel crucial. Además de los 1.260 parques eólicos nuestro país cuenta con alrededor de 250 centros industriales en este ámbito, que dan empleo a 27.600 profesionales.