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Moncloa recula y asume que el precio de la energía se mantendrá alto hasta 2025

El Ejecutivo tira por tierra todas sus previsiones de precios altos energéticos en su documentación remitida a Bruselas

Instalación de molinos de viento en España

Instalación de molinos de viento Pexels

España se prepara para lo peor. Lejos de abandonar precios energéticos altos, el Gobierno de Pedro Sánchez maneja unas cifras más altas que en 2021 hasta dentro de cuatro años. Es decir, que el Ejecutivo no prevé que el petróleo y el gas vuelvan a niveles parecidos a los de antes de la crisis.

El Gobierno remitió el pasado viernes la documentación pertinente del Programa de Estabilidad para el próximo año y los diferentes equipos del Estado han analizado diversos escenarios sobre los principales agregados macroeconómicos de una evolución de los precios del petróleo y gas y en ambos modelos escenifican que ambas materias primas estarán por encima de los precios que cerraron en 2021.

Estas cifras, por tanto, nada tienen que ver con las previsiones que hizo el Gobierno a principio de año, justo antes de que la guerra en Ucrania provocase que los precios energéticos se elevaran a máximos históricos. El Ministerio de Transición Ecológica preveía que el coste por el barril de petróleo y por el megatavio a la hora en el gas se desplomaría a finales de esta primavera. Algo que, teniendo en cuenta los futuros negociados en los mercados financieros no sucederá.

Ante esta situación, el Gobierno remitió a Bruselas sus previsiones macroeconómicas, entre ellas la evolución de los precios del petróleo y gas para este 2022. Para el escenario base, el Ejecutivo considera que el barril acabará en diciembre con un coste de 99 euros, mientras que el megavatio a la hora de gas ascenderá a 93,9 euros, una cifra más alta con las que el mercado español se está moviendo puesto que a cierre de este martes, el Mwh tenía un precio de 83 euros. No obstante, en cuanto a los precios del crudo, Sánchez y sus técnicos son más optimistas puesto que prevén que el barril cueste unos diez dólares menos que lo que lo hace en este inicio de mayo.

De alargarse la guerra en Ucrania, provocando un tensionamiento en el mercado energético, el Gobierno también maneja otro escenario calificado como “alternativo”. En este caso, el barril de petróleo podría elevarse hasta los 109 dólares mientras que el precio del gas se dispararía hasta los 103 euros.

Tres años duros

Como se mencionaba anteriormente, las previsiones no son muy halagüeñas y el Gobierno prevé que el precio del barril del petróleo no baje de los 80 dólares hasta 2025. Para el precio del gas, el Gobierno sí contempla importantes bajadas para dentro de cuatro años y el megavatio a la hora tocaría los 50 euros, si bien durante 2023 y 2024, el Mwh estaría entre la horquilla de 62 y 82 euros, en un escenario base.

De persistir la crisis energética, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha transmitido a Bruselas que el precio del gas se dispararía hasta los 91 euros en 2023, 76 euros en 2024 y 60 euros para 2025. Respecto al petróleo, el Gobierno estima que, de prolongarse el tensionamiento en los costes de la materia prima, adquirir un barril en 2023 se elevaría hasta los 102 dólares, mientras que para 2024 y 2025, el coste sería de unos 86 y 81 euros respectivamente.

Precio de la electricidad

Por su parte, el Gobierno insiste en el Plan de Estabilidad que el precio de la electricidad se verá reducido notablemente gracias a la limitación del precio del gas en la generación eléctrica en las centrales de ciclo combinado. El Ejecutivo insiste en que “el coste será entre un 30% y un 40% inferior” gracias al beneplácito que obtuvo por parte de Bruselas para topar dicho precio.

A su vez, en el escrito recuerda que se han reducido los cargos de la tarifa de electricidad en un 55%, hasta el 31 de diciembre de 2022, se produjo una extensión de la rebaja del IVA al 10% y del Impuesto Especial de Electricidad al 0,5%, hasta el 30 de junio de 2022.

“La regulación vigente en el mercado mayorista, junto con el mix de generación eléctrica y la estructura tarifaria, y la metodología de cálculo del Índice de Precios al Consumo (IPC), trasladan el alza del precio del gas en los mercados internacionales casi automáticamente sobre la evolución de los precios en España, llevando a un impacto mayor en la primera vuelta que en otros países de nuestro entorno”, explica el Gobierno.

Retraso en la medida ibérica

Mientras tanto, el Gobierno sigue esperando a tener toda la documentación validada para que entre en vigor el tope del gas a 50 euros en el mercado eléctrico durante 12 meses. En un principio iba a aprobarse este martes en consejo de ministros, pero la burocracia ha provocado que se alargue una semana más.

"Estamos ultimando los detalles, no es fácil que nos dé tiempo", dijo la ministra Teresa Ribera. España y Portugal siguen negociando con los servicios comunitarios de Competencia, bajo la dirección de Margrethe Vestager, los detalles técnicos de la propuesta para que los dos países ibéricos pongan un tope al precio del gas en el mercado de la electricidad, de forma que se traduzca en una factura reducida de hogares y empresas.

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