La oferta de viviendas en alquiler es cada vez más reducida. En algunos puntos de España llega a caer hasta un 40% en tasa interanual. La reactivación del turismo y de los pisos compartidos con la normalización de la situación sanitaria está retirando numerosas casas que entraron al mercado con la llegada de la pandemia.

Por su parte, los precios de los alquileres no paran de crecer desde comienzos de año. Si durante todo 2021 los precios apenas se movieron o crecieron muy moderadamente, desde el pasado mes de diciembre han experimentado hasta un 5% o un 6% por encima respecto a hace seis meses. Eso se ve sobre todo, explica Font, en grandes capitales.

Allí se concentra la demanda de personas que buscan vivienda de alquiler, las que no pueden acceder al mercado de la vivienda en propiedad, un mercado turístico en pleno auge y el mercado de alquiler de habitaciones compartidas para estudiantes con la vuelta a las universidades. "Confluyen una serie de factores que descompensan el equilibrio entre la oferta y la demanda y tiene un efecto en los precios", añade.

Precisamente, en algunos mercados como Madrid, Barcelona, Alicante o las regiones de Canarias y Baleares, la reducción de la oferta de vivienda disponible para alquiler es del 30% o 40% interanual. Sobre todo en grandes capitales y enclaves más expuestos al turismo, donde muchas viviendas pasaron con la pandemia del alquiler vacacional al residencial.

Y las perspectivas sobre la posibilidad de que los crecimientos de precios se moderen en este escenario de inflación disparada no son nada claras. "O baja un poco la demanda que presiona al alza los precios o se moviliza más vivienda al parque disponible, o seguirán creciendo", dice el responsable de Pisos.com. En las grandes capitales incluso el alza de precios está por encima de la media y registran crecimientos de dos dígitos, por encima del 10%.

Incertidumbre por la limitación del Gobierno

La prórroga del Gobierno hasta diciembre del límite del 2% en la subida de los precios del alquiler para los contratos en vigor a los que les toca su revisión anual añade incertidumbre -según los expertos inmobiliarios- y amenaza con hacer que algunos propietarios decidan retirar sus activos del mercado del alquiler. Y, a menos oferta, mayores precios en los nuevos contratos.

"La desconfianza puede redundar en una disminución del interés en mantener un inmueble en el sector del alquiler y veríamos cómo se reduce aún más la oferta de vivienda en alquiler, lo que afecta precisamente a aquellas familias con rentas más reducidas", comenta Font.

La medida del Ejecutivo se decretó inicialmente con una duración de apenas tres meses para frenar el efecto de la inflación sobre las rentas de los inquilinos. Con la tasa de inflación superando el 10% en el dato adelantado de junio, el Gobierno decidió extender la medida hasta el 31 de diciembre de este año.

De esta forma, los grandes propietarios tienen como límite aplicar subidas del 2% a sus inquilinos en las revisiones anuales si así lo contempla su contrato, mientras que los pequeños propietarios pueden pactar otro porcentaje superior. En caso de que no haya acuerdo, también están sujetos al límite del 2%.

"Digamos que los precios, si hay menos oferta, acaban subiendo o los inmuebles que hay en el mercado, son para los inquilinos más solventes. Así que tanta incertidumbre, hace que algún propietario o venda o deje la vivienda para uso personal o para alquilar a conocidos, lo que va en contra de los inquilinos menos solventes", dice Montse Moreno, vicepresidenta de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI).

Los propietarios de viviendas en alquiler van a dejar de ingresar tras la decisión del Gobierno unos 1.720 millones de euros, según datos del portal idealista.com.

En opinión de Moreno, el límite de precios impuesto por el Ejecutivo para los contratos en vigor "sigue sin responder de manera estructural a la falta de viviendas de alquiler asequibles en las grandes ciudades o zonas metropolitanas, porque es un problema que se tendría que resolver a través de vivienda de alquiler pública". "De nuevo, es más una medida electoralista que de fondo, porque está trasladando a unos propietarios que sufren también la inflación en sus gastos y probablemente, alguno haya sufrido una subida del tipo de interés de la hipoteca", remata.

"Vuelve a desincentivar la posibilidad de que exista un mayor mercado de inmuebles en alquiler y cada vez se ve como peor inversión tener un piso alquilado", dice Mercedes Blanco, experta en Real Estate y socia de Fincas Blanco. "Los propietarios tienen que soportar las consecuencias a través de esta limitación de las medidas que no se están tomando la inflación por otros lados. Y si no existe oferta, sube la demanda y suben los precios", concluye.