La degradación urbana del tradicional corazón financiero y de negocios de Madrid podría tener los días contados. El proyecto Renazca, impulsado por empresas como Merlin o GMP, Corporación Financiera Alba y Monthista pretende dar transformar de pies a cabeza el entramado de túneles y espacios abiertos que agonizan desde hace años.

La forma de financiar el proyecto y acometer las obras ha despertado una encendida polémica en la política municipal. En lugar de ser el Ayuntamiento quien sufrague los trabajos, pretende ser la iniciativa privada quien se haga cargo de la transformación del distrito financiero con una inversión cercana a los 55 millones de euros; unos 45 para reurbanización y otros 10 para el cambio del saneamiento.

Como forma de recuperar la inversión, el Consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida cedería más de 5.800 metros cuadrados de suelo público a los impulsores del proyecto para su explotación por un período de 40 años. Desde Renazca aseguran contar con el respaldo de las asociaciones de vecinos de la zona, de las de comerciantes e incluso presumen de poder sumar nuevos socios empresariales al proyecto. De momento, el Consistorio ha dado ya un primer paso en serio y ha sacado a información pública el estudio de viabilidad.

La titularidad del suelo del entorno se ubican torres como Titania, Picasso o Europa o Castellana 81 (antigua sede de BBVA) seguiría en manos del Consistorio y se articularía algo similar a lo que se hace para construir un nuevo polideportivo mediante una concesión que el Ayuntamiento puede revertir en caso de incumplimiento.

La asociación Renazca abrió en 2020 un proceso de participación ciudadana a través de su web en el que recibió más de 400 sugerencias de los vecinos. Al mismo tiempo, puso en marcha un concurso internacional para seleccionar el equipo de arquitectos encargado del diseño de la remodelación. "Son gente de primera a nivel mundial", explica en conversación con El Independiente Miguel Hernández, director de Renazca.

El equipo seleccionado está formado por Diller Scofidio + Renfro (EEUU), Gustafson Porter + Bowman (UK) y b720 Fermín Vázquez (España). Los primeros diseñaron The High Line, uno de los espacios públicos más reconocidos por su reconversión de unas vías de tren elevadas de 2,5 kilómetros de largo en un parque.

Los miembros de Renazca defienden esta modalidad que se asemejaría a los mecanismos de colaboración público-privada que existen en el mundo anglosajón. Renazca se inspira, por ejemplo, en los public-private-partnerships (PPP) típicos de Londres o en los denominados bussines improvement district (BID) de Estados Unidos, al estilo del Rockefeller Center de Nueva York.

Las alegaciones que se presenten al estudio de viabilidad hasta septiembre podrán ser incorporadas al anteproyecto que deberá volver a salir a información pública por segunda vez. Tras las nuevas sugerencias, el Ayuntamiento deberá sacar una licitación a la que se puede presentar cualquier actor privado, no sólo Renazca. Y una vez adjudicada la remodelación, se ejecutarán las obras por parte del concesionario final.

Las inversiones del Ayuntamiento durante las dos últimas décadas en el espacio empezado a construir en 1968 han sido testimoniales y aspectos como la red de saneamiento están muy deterioradas. Esto último requiere una renovación completa que supone una inversión de adicional de 10 millones de euros que también correría a cargo de Renazca en caso de que se adjudiquen la obra. Si fuera el Consistorio quien licitase directamente las obras, el gasto correría a cargo de los Presupuestos municipales públicos.

Para obtener esos ingresos, la idea es realizar eventos e instalar desde camiones de comida (food trucks), carteles luminosos con publicidad o hasta pistas de pádel. "Si los impulsores privados pierden la inversión, se la comen. Es un negocio sujeto al riesgo", añade Hernández.

Los impulsores del proyecto dicen que la normativa limita la rentabilidad de la iniciativa al entorno del 3%. En los estatutos de la sociedad creada para desarrollar la remodelación consta que si los negocios de la zona arrojan excedentes de caja, estos deben ser reinvertidos en la zona.

El proyecto refleja que la explotación de los espacios arrojaría un rédito de 245 millones, con más de 6 millones de euros anuales. Con ello habría que pagar 149 millones de costes previstos durante el periodo de explotación.

Enmarcado en el distrito de Tetuán, uno de los que menos zonas verdes tiene en la almendra central, el proyecto pretende poblar de árboles y césped la zona poblada ahora mismo por adoquines, cemento y bloques de oficinas. "Cuando se firmó el primer protocolo, todos los partidos políticos lo apoyaron y se incorporó a los acuerdos de la Villa que se firmaron en la pandemia", remarca Hernández.

Desde Renazca presumen de tener el apoyo de los propietarios de los edificios residenciales de la calle Orense, agrupados en la asociación Comunazca. A ellos les propusieron arreglar y mantener todos los espacios privados de uso público (en su mayoría pasadizos) y consiguieron un apoyo unánime. Lo mismo ocurrió con los comerciantes, agrupados en Proazca.

Respecto al resto de propietarios que pueblan la zona (El Corte Inglés, Pontegadea, Mapfre, Mutua, Generali...), desde Renazca les han propuesto entrar en la iniciativa y ven una alta predisposición para incorporarse a la sociedad promotora y repartir la inversión entre más accionistas. "La mayoría están bastante alineados con este planteamiento", expresa Hernández.

De hecho, la renovación integral del espacio público podría servir como impulso para la atracción de nuevas empresas, en un entorno del que se han marchado varias en los últimos años. Y no solo eso, sino que permitiría a los propietarios de los edificios de la zona cobrar rentas más altas por el alquiler de las oficinas. "Londres tiene dos centros financieros. En Madrid, la City es Azca y Canary Wharf será Madrid Nuevo Norte", reflexiona Hernández.