Europa atisba unos precios energéticos completamente desorbitados en las próximas semanas coincidiendo con la llegada del invierno. Bruselas, que ya había avisado que había que apretarse el cinturón para poder caldear los edificios y tener gas y electricidad para la industria, quiere ponerle freno a la escalada de precios en el mercado mayorista.

Y, según confirman fuentes del sector energético, la Comisión Europea lo hará a través de un sistema parecido al que España implantó hace pocos meses. La denominada excepción ibérica pone un precio máximo en el precio del gas a la hora de generar electricidad.

Al poner un tope al gas que se usa para generar electricidad se evita que todas las tecnologías de generación se vean retribuidas al precio real del gas, por lo que los usuarios se ahorran parte de la sobre retribución que tenían la mayoría de tecnologías y solo se compensan a aquellas centrales que realmente usen gas (ciclos combinados y centrales de carbón).

Bruselas lleva redactando desde hace varias semanas un texto en el que pone coto a los precios de la energía, que se han disparado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el desafío de Rusia a toda Europa. Además del tope al gas, el documento muestra que tal actuación podría (generalmente) ser introducida de diferentes maneras, con intervenciones en distintos niveles de la cadena de valor del gas.

La unidad, a debate

Pero, no será nada sencillo. Ni mucho menos. La Comisión Europea prevé topar el precio del gas de la misma forma en todos los sistemas que tienen los países. Algo, que tal y como subrayan las diferentes fuentes energéticas consultadas, parece muy complicado. “España no tiene el mismo mecanismo que Francia o Alemania por lo que desacoplar el precio del gas en la electricidad va a costar más en algunas regiones que en otras”, remarcan.

Además, las mismas fuentes apuntan a que, una vez más, se producirá un nuevo choque entre las principales potencias económicas de la Unión Europea ya que no todas apuestan por las mismas fuentes de energía. En concreto, señalan a otro encontronazo entre Francia y Alemania.

Nuestro país vecino es poco dependiente del gas y su estructura se basa, principalmente, en la energía nuclear. Es el segundo país del mundo con más reactores. En total tiene 59, muchos más que en España que solo cuenta con 5 instalaciones para un total de 7 reactores. Mientras, el gas es completamente residual para la república dirigida por Macron y apenas representa un 12% del total del mix.

Todo lo contrario ocurre en Alemania. El país busca desesperadamente llenar sus depósitos para no sufrir apagones durante el próximo invierno. Pero ni con esas, la industria y los hogares tienen asegurados el 100% del suministro. El mix teutón es tremendamente dependiente del gas ruso y, en la actualidad, el 55% de esta materia prima proviene del Kremlin. Desde que comenzara la guerra, la principal potencia económica europea ha insistido en impulsar las energías renovables y, sobre todo, trazar interconexiones que nutran de gas a las reservas.

Esta batalla no es nueva, ni mucho menos. Alemania y Francia han mantenido una dura pugna por el devenir energético de Europa. Mientras los primeros consideran que a partir de 2030 el Viejo Continente debe encenderse y caldearse a través de las energías renovables, París defiende la prolongación de las centrales nucleares dada la importancia en su esquema eléctrico.

“En estas semanas comprobaremos la capacidad que tiene Europa para negociar nuestro futuro”, recalcan fuentes del sector energético en relación a las proposiciones que llevarán los principales países a las reuniones que se celebrarán próximamente en Bruselas.

14 de septiembre

Con todo, la reunión del próximo 14 de septiembre será fundamental para materializar el nuevo diseño del mercado eléctrico en Europa. Esa jornada se celebrará el Debate sobre el Estado de la Unión Europea y, tal y como explican fuentes parlamentarias, se podrán “avanzar algunas de las medidas energéticas”. Siempre y cuando, eso sí, cuente con el consenso entre países.

No obstante, la presidenta de la Comisión Ursula Von der Leyen no precisó en qué plazos pondrá sobre la mesa las propuestas legislativas para la intervención de emergencia ni para la reforma a largo plazo del mercado eléctrico.