El año 2008 fue en el que estalló la crisis financiera en todo el mundo y que repercutió con fuerza en España. El sistema bancario fue uno de los más afectados en el país ya que hubo rescate y reestructuración bancaria que supuso cierre de oficinas y fusiones entre entidades. En el caso de las oficinas bancarias, en España se ha reducido en un 58% hasta las 19.015 actuales y los municipios urbanos han sido los más afectados.

Según el informe del Banco de España ‘La accesibilidad presencial a los servicios bancarios en España: comparación internacional y entre servicios’, desde el máximo alcanzado en 2008, el número total de oficinas bancarias se ha reducido considerablemente. En ese período, la ratio de oficinas por cada mil habitantes pasó de 1 a 0,41. “La reducción de oficinas en España ha sido más intensa porque partía de niveles significativamente más elevados que en el conjunto de la Unión Europea”, apuntan en el informe. En concreto, entre 2008 y 2021 el número de oficinas se redujo en la UEM en algo menos del 40%, y la ratio de oficinas por cada mil habitantes pasó de 0,57 a 0,33.

En términos absolutos, la mayor parte de los cierres de oficinas que han tenido lugar desde 2008 se han producido en municipios urbanos. En concreto, el 88% de las oficinas cerradas a lo largo del período 2008-2021 estaban ubicadas en municipios urbanos. Como consecuencia de ello, el número de oficinas por cada mil habitantes ha descendido con mayor intensidad en las ciudades (un 62%, de 0,9 a 0,4) que en los municipios rurales (un 43%, de 1,2 a 0,7)

Es decir, los habitantes de municipios urbanos habrían sufrido una merma más intensa en términos del número de oficinas per cápita. Según los autores del estudio, esta reducción podría haber contribuido a que estos ciudadanos, sobre todo aquellos con menores capacidades digitales, también hayan percibido en los últimos años un cierto deterioro en la calidad de la prestación presencial de servicios bancarios.

Sin embargo, tal y como resaltan, no solo hay que tener en cuenta las oficinas bancarias, ya que la exclusión financiera va más allá. De hecho, la disponibilidad de otros medios alternativos de acceso a los servicios bancarios, especialmente en aquellos municipios rurales que han perdido el acceso a las oficinas bancarias en los últimos años. En concreto, se pueden distinguir dos tipos de medios alternativos de acceso presencial a los servicios bancarios.

No solo hay que tener en cuenta las oficinas bancarias, ya que la exclusión financiera va más allá

Por un lado, los que pueden ofrecer la atención personalizada tradicionalmente ofrecida por las sucursales; por ejemplo, los agentes financieros y las oficinas bancarias móviles. Por otro lado, los que actúan como un punto de acceso presencial sin atención personalizada, como los cajeros desplazados, las herramientas de cash back y, más recientemente, los convenios de algunas entidades con Correos.

Teniendo en cuenta todas estas modalidades, 619 de los 900 municipios españoles que perdieron el acceso a una oficina bancaria entre 2008 y 2021 aún cuentan, en la actualidad, con algún medio alternativo de acceso a los servicios bancarios. En los 281 municipios restantes, que han perdido sus oficinas bancarias y no disponen de medios alternativos de acceso a los servicios bancarios, residen 118.000 personas, lo que representa un 0,25% de la población total y un 1,9% de la población rural en España.

Con todo esto, a finales de 2021 el número de municipios sin ningún tipo de acceso presencial a los servicios bancarios ascendía a 3.389 (un 41,7% del total de municipios), de los que 3.364 eran municipios rurales, y 25, urbanos. De este modo, el porcentaje de población rural residente en municipios sin ningún tipo de servicio bancario presencial ascendía al 11,2% en 2021 (705.733 personas, el 1,5% de la población total), frente al 23,3% de población rural residente en municipios sin oficina bancaria (1.467.000 personas, el 3,4% de la población total). Es decir, los canales alternativos desplegados por las entidades darían cobertura a unas 761.000 personas.

El estudio del Banco de España destaca dos factores que explicarían el mayor ajuste de oficinas bancarias y de cajeros en España en comparación con la Unión Europeo. Uno de ellos es el proceso de reestructuración y consolidación del sistema financiero español tras la crisis financiera de 2008. Por otro lado, el proceso de desendeudamiento del sector privado que también siguió al estallido de la crisis financiera y el avance de la banca online, desarrollos que habrían redundando en una menor demanda presencial de productos financieros por parte de hogares y de empresas.