Los principales bancos españoles han mostrado su disposición a adherirse a las nuevas medidas que se aprobaron este martes en el Consejo de Ministros para aliviar la carga financiera de los hogares que han visto aumentar las cuotas hipotecarias por la subida de tipos. Estas medidas suponen la mejora del Código de Buenas Prácticas aprobado en marzo de 2012, la creación de un nuevo código para incluir a la “clase media” y además se han incluido unas ayudas para todos los hipotecados.

El Gobierno cifra en un millón las personas que se van a poder beneficiar de este acuerdo. Sin embargo, el Código de Buenas Prácticas ya vigente para hogares vulnerables solo ha sido utilizado para 62.526 operaciones. De todas ellas, 54.190 finalizaron con una reestructuración de la deuda pendiente, 19 con una quita y en 8.317 casos se acordó la dación en pago. A ese acuerdo se adhirieron 86 entidades financieras.

Ese primer código se hizo en la segunda parte de la crisis financiera. En ese momento la situación económica y laboral era completamente distinta a la actual. La economía española cayó un 1,3% y el desempleo se acercó al 26%. Esto se reflejaba en el mercado hipotecario. Según datos del Banco de España, en el 2012 casi 40.000 familias dejaron en manos de los bancos sus viviendas al no poder cancelar sus hipotecas.

En ese momento, el Gobierno español hacía referencia a la duración de cuatro años de la crisis financiera, en la gran cantidad de personas paradas y como consecuencia la imposibilidad del pago de la hipoteca. Las medidas de ese Código tienen el objetivo de reforzar el alivio de la carga del deudor hipotecario vulnerable que, en circunstancias extraordinarias, atraviese una situación de dificultad de pago.

Estos deudores podían acudir a su entidad, si está adherida al Código, y, si cumplen determinadas condiciones, instar una reestructuración viable de su deuda. De no ser posible, pueden plantear una quita, extinguir su deuda mediante la dación en pago e incluso acceder al alquiler social en la misma vivienda.

Ese código estaba destinado a hogares vulnerables que se consideraban aquellos deudores de un crédito o préstamo garantizado con hipoteca sobre su vivienda habitual, cuando concurran en ellos que todos los miembros de la unidad familiar carezcan de rentas derivadas del trabajo o de actividades económicas; que la cuota hipotecaria resulte superior al 60% de los ingresos netos que perciba el conjunto de los miembros de la unidad familiar; que no se pueda hacer frente a la deuda con el patrimonio del deudor; que se trate de un crédito o préstamo garantizado con hipoteca que recaiga sobre la única vivienda en propiedad del deudor y concedido para la adquisición de la misma.

En la actualidad, la situación es completamente diferente. Las previsiones muestran una desaceleración económica, pero no una caída del PIB, de hecho, los expertos sitúan el crecimiento en el entorno del 4% y la tasa de paro se sitúa en el 12%. El Banco de España y los principales bancos aseguran que mientras se mantengan los niveles de empleo, la situación se podrá mantener. De hecho, el organismo supervisor descartó un impago masivo de hipotecas, ya que “es lo último que se deja de pagar”.

Por parte de las entidades financieras, los principales directivos coinciden en que la situación hipotecaria actual no tiene nada que ver con la de 2008 y aseguran que todavía no se ha visto una preocupación por parte de los clientes por hacer frente al pago de hipotecas. Entre otros motivos, enumeran el mantenimiento del empleo; que las hipotecas de los últimos años, es decir, las más jóvenes, se han firmado a tipo fijo, por lo que no están afectadas por el euríbor; y también señalan que los bancos han sido prudentes en la concesión de los créditos.

A pesar de que la situación económica es diferente, el Gobierno y las asociaciones bancarias han querido adelantarse a posibles problemas y renovar ese código de buenas prácticas para adaptarlo a la actualidad. Tal y como señala el Ejecutivo en el registro del Boletín Oficial del Estado (BOE), la alta inflación, la guerra en Ucrania y la política monetaria más restrictiva ha hecho que el euríbor, índice al que están referenciado la mayoría de las hipotecas a tipo variable, haya subido de forma exponencial, aumentando la cuota mensual.

En este código se contemplan carencias, alargamiento en los plazos de la deuda, rebaja de los tipos de interés y retirada de las comisiones por amortizar el préstamo o por cambiar la hipoteca variable a fija. Estas medidas están destinadas a hogares con rentas por debajo de 29.500 euros. Esta es una de las mejoras que ha incluído el nuevo código es la ampliación de la renta. No obstante, la renta media de los hogares que tiene hipoteca viva es de 44.939 euros al año.