De un lado, dignificar las pensiones y los empleos, subir el salario mínimo, apostar por una fiscalidad justa, por un tope al gas que permita ahorrar, por las políticas de igualdad. El ingreso mínimo vital, la protección de las rentas más bajas y las familias, la "política útil". Del otro, seis millones de parados, la conflictividad laboral, el desplome del consumo, el cierre de las urgencias y las recetas con copago, los recortes en la ciencia. El día previo al tercer aniversario del Gobierno de coalición, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado su inauguración de unas jornadas de la UGT para cargar contra la gestión de la crisis financiera de 2008 que llevó a cabo el Partido Popular y para aprovechar la propia tras la pandemia del Covid.

En un discurso cargado de datos económicos, actuales y de hace diez años, y aún a once meses para las elecciones, Sánchez ha llamado al voto tratando de no "disfrazar la realidad", pero tampoco de "esconder las fortalezas del país". Agarrándose a su papel como defensor de la mayoría frente a las políticas que solo buscan favorecer a privilegiados del PP, el presidente ha presumido de haber registrado este pasado año la mayor tasa de crecimiento económico de todas las economías europeas -obviando, eso sí, que es España el único país que no ha recuperado el PIB previo a la pandemia- y de haber alcanzado "niveles de empleo como no teníamos en este país en los últimos 15 años" gracias a la reforma laboral.

"España se va a jugar mucho y la sociedad española tendrá que decidir entre dos alternativas. Una, que es la centrada en proteger empleos, familias, rentas, desde lo que yo calificaría como la política útil, y otra, la anclada en proteger los intereses de unos poderosos y ofreciendo las mismas recetas que en la crisis financiera, que es el sálvese quien pueda cuando vengan mal dadas", ha contrapuesto en su intervención, en la que se ha referido al secretario general de UGT como "mi secretario general".

Para el presidente, no hay que olvidar los titulares de 2003, que alertaban sobre los casi seis millones de parados, y una tasa de desempleo que superaba el 26%, así como que el 57% de los jóvenes estaba desempleado. "De ahí es donde venimos", ha insistido en un tono claramente electoral. "Y no estoy hablando de datos fríos… Al contrario, detrás de esas cifras había sueños frustrados, carreras perdidas y muchas vidas rotas. Fueron producto de una solución equivocada a la crisis financiera… todo en medio de una profunda crisis de empatía".

Dos reformas laborales y de pensiones con distinto resultado

"Tardamos 11 años en recuperar los niveles de afiliación previos a Gran Recesión, 8 años en recuperar los niveles de PIB previos a la crisis financiera de 2008", ha recordado Sánchez, insistiendo en que la pensión media, que ahora es de 1.259 euros estaría en 1.151 euros al mes de no haberse aprobado su reforma, que deroga el índice de sostenibilidad de Mariano Rajoy y en contraposición liga estas prestaciones a las subidas de los precios. "Uno destina el dinero a dignificar las pensiones y otro al rescate a los bancos quebrados".

En el lado laboral, ha insistido en que el Gobierno no solo ha creado el derecho a una prestación por desempleo para las empleadas de hogar y ha subido el SMI más que ningún otro ejecutivo durante los últimos años, sino que también ha aprobado una reforma laboral que ha reducido el paro en 268.000 personas y ha creado medio millón de empleos, aumentado la creación de contratos indefinidos un 230% y reducido el paro a su menor nivel de toda la serie histórica este pasado diciembre.

Uno destina el dinero a dignificar las pensiones y otro al rescate a los bancos quebrados"

pedro sánchez, presidente del gobierno

El mensaje en el centro de su discurso se resume en una de sus frases: "Otros gobiernos eran dóciles con los fuertes y muy fuertes con los débiles". Como muestra, también ha resaltado el tope del gas ("nos ha permitido ahorrar en menos de un año más de 4.000 millones de euros"). Asegura que es una iniciativa que le hace llegar fuerte a la presidencia del semestre europeo, que España asumirá este verano, porque el país "pinta y pinta bien en Europa".

Además, ha deslizado una promesa para este año. "El apocalipsis no ha llegado ni va a llegar". Los principales analistas económicos vaticinaban a finales de verano una posible rápida recesión económica en el país, dos trimestres consecutivos de caídas de PIB, que ya descartan por la mejor evolución de lo esperado del tercer trimestre. Aunque España aún es muy dependiente del desarrollo de la guerra en Ucrania, el presidente asume -sin mencionarlos- que los precios mejorarán y que los fondos europeos impulsarán al país a continuar creciendo, a la vez que constituye "una barrera contra el fascismo".

"Si queréis reconocer a un ultraderechista hay un método que no falla, porque se opone a cualquier avance social: subir pensiones, subir el salario mínimo, al ingreso mínimo vital, a una fiscalidad justa, a las políticas de igualdad entre hombres y mujeres, niega que estamos ante una emergencia climática y cuando no consigue bloquear esos avances por vías democráticas lo que hacen es oponerse a la democracia y recurrir al asalto de las instituciones democráticas", ha asegurado en referencia a lo ocurrido en Brasil hace unos días. "Nosotros estamos decididos a defender a la gente de a pie, resueltos a defender la dignidad de las retribuciones, de las pensiones, una fiscalidad justa y a defender la democracia, el primero de los derechos de los trabajadores que viene en la Constitución", ha zanjado.