La economía española será la que más crezca de entre las grandes del euro. Según el Gobierno, lo hará un 2,1%, previsión que rebaja la Comisión Europea hasta el 1,4%, pero incluso este pronóstico sitúa a España muy por delante de sus socios comunitarios. Eso no implica que España, ni tampoco el continente en conjunto, no esté en problemas, pero sí deja de lado el escenario de recesión que en verano parecía prácticamente inevitable. E, irremediablemente, lleva a que la aún fuerte inflación, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, el bajo consumo y el todavía altísimo desempleo se antojen menos preocupantes.

Pero este contexto adopta un cariz diferente si se tiene en cuenta que el producto interior bruto (PIB) solo crecerá este año gracias a los fondos europeos Next Generation, los que Bruselas puso en marcha para impulsar la salida de los estados miembro de la crisis del coronavirus. Es un cálculo al que este lunes han apuntado desde el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol), en la presentación de su Informe económico y financiero, que recoge sus últimas previsiones macroeconómicas.

"Los fondos europeos van a aportar 1,5 o 2 puntos al crecimiento de 2023", ha explicado el director del informe y de EsadeEcPol Toni Roldán, "por lo que sí, sin fondos europeos caeríamos". En conversación con este medio, el profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, senior fellow de la misma institución y también autor del informe Manuel Hidalgo apunta que la estimación del impacto que los fondos europeos tendrán este año en la economía procede de la Autoridad Fiscal (AIReF), quien proyectó que en 2023 ejecutaremos en torno a 15.000 millones. Eso permite calcular el impacto directo que el Plan tendrá durante el ejercicio, ya que 12.000 millones equivalen a un punto de PIB.

Los citados fondos también podrían tener llevar a la economía a crecer algo más por los efectos indirectos, más difíciles de estimar, de la misma manera que las reformas e inversiones ya ejecutadas podrán impulsar igualmente la economía, precisa Hidalgo. "Así que sí, si me preguntas que si sin los fondos europeos estaríamos en recesión… pues lógicamente. Pero hay que tener en cuenta que eso es lo que se obtiene solamente de una resta de números, y que la economía luego se comporta de formas muy extrañas", precisa.

Es por eso que el Gobierno se limita a hacer cálculos muy genéricos sobre el impacto económico de los fondos europeos, es decir, del Plan de Recuperación. La semana pasada, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se limitó a repetir la estimación habitual: que el impacto sobre el nivel de PIB será de 2,6 puntos de media al año para el periodo 2021-2031. Sobre 2022, el Ejecutivo calculó que el efecto fue de 1,9 puntos porcentuales frente aun escenario en el que no existían los fondos, pero no ha aportado datos de qué parte del crecimiento del 5,5% que finalmente se registró lo provocó este programa.

En los primeros dos años y medio que ya han cumplido estos fondos, España ha ejecutado algo más de 13.000 millones. Esta cifra hace referencia a cuánto dinero no solo ha llegado desde Bruselas, sino que se ha traspasado de administración a administración hasta llegar, sea en forma de pago o de obligación de pago, a las empresas. Es distinto de las cantidades que España ya ha recibido desde la Comisión -los dos paquetes que ya están en España y el tercero, que Bruselas aprobó el pasado viernes-, puesto que este dinero aún tardará en llegar "a la calle". Según los cálculos del Gobierno, España ya ha movilizado 47.271 millones de euros en los últimos dos años, el 90% de lo recibido, pero lejos de lo que han recibido las empresas.

Unas previsiones volátiles por el contexto internacional

¿A qué se debe que solo el impulso de los fondos vaya a permitir a España crecer este año, y no entrar en recesión? Primero, porque el contexto internacional no va a ayudar: todas las grandes economías avanzadas crecerán muy levemente, mientras tratan de digerir la inestabilidad de precios energéticos de 2021 y la inflación, a la vez que se verán irremediablemente condicionados por lo que suceda en la guerra en Ucrania.

En segundo lugar, las subidas de tipos que lleve a cabo el Banco Central Europeo serán determinantes para la evolución de la inflación, y también del consumo en España. En tercero, a nivel nacional el mercado de trabajo continúa influenciado por la pandemia y la reforma laboral. "Y su reacción dados los condicionantes expuestos sigue siendo una gran incógnita", recoge el informe.

Con todo, Esade estima que España registrará un crecimiento del 1% durante este ejercicio, apuntando a "una clarísima desaceleración económica" -dado que en 2022 avanzó un 5,5%, muy por encima de lo esperado-, aunque, de momento, sin signos de recesión. A la vez esperan moderación de la inflación, aunque no aportan una cifra exacta. En 2022, el IPC medio fue del 8,4%, después de ya haberse disparado en 2021 hasta el 3,1%.

Misión de parlamentarios europeos

Esta misma semana, una delegación de eurodiputados del Parlamento Europeo están visitando España para conocer cómo se están utilizando los fondos de recuperación, entre los que se encuentran el político de Vox Jorge Buxadé y el de En Comú Podem Ernest Urtasun. La comisión se reunirá con los ministros económicos, con algunos consejeros autonómicos y con representantes de CEOE y sindicatos, entre otros. Después, elaborarán un informe.

Su llegada se produce tan solo tres días después de que la Comisión Europea anunciase que España es el primer Estado miembro de la UE en conseguir una evaluación favorable para recibir el desembolso de otros 6.000 millones de euros, al considerar cumplidos los hitos y objetivos que España había prometido en el Plan de Recuperación. De cara al próximo pago, Bruselas evaluará si el país ha aprobado la última parte de la reforma de las pensiones, que debía haber salido adelante ya el año pasado y sigue bloqueada, y la reforma fiscal.