La quiebra de Silicon Valley Bank es, sin duda, un nuevo cisne negro para la economía. Más allá del contagio que se produjo las dos siguientes sesiones en la bolsa con caídas abultadas del sector bancario mundial, este colapso va a tener más consecuencias. La crisis de este banco amenaza con recortar el crédito a empresas y familias. En primer lugar, porque las entidades bancarias van a ser más prudentes a la hora de conceder el dinero. Y en segundo lugar, en el caso de las empresas, tomarán menos riesgos en sus inversiones.
La caída de SVB no va a suponer un efecto contagio a los demás bancos. La singularidad del banco estadounidense hace que ese efecto no se extienda. La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ya aseguró que el sistema bancario europeo tiene fortaleza para hacer frente al acontecimiento “único”. Además, la rápida intervención por parte de los organismos públicos tanto del Tesoro de EEUU como de la Reserva Federal reduce significativamente la probabilidad de crisis sistémica de este tipo.
Pero sí que tendrá sus consecuencias como un potencial incremento del riesgo de crédito, por lo que se podría cerrar el grifo de la financiación. Fuentes financieras explican a El Independiente que no esta caída no supondrá un colapso financiero como ocurrió con la quiebra de Lehman Brothers, pero sí que “hará que se restrinjan más los crédito”. Las entidades financieras miraran con mayor detenimiento la financiación que se destine tanto a hogares y familias por miedo a un aumento de morosidad. El equipo de estrategia de Banca March lo tiene claro: “El coste del crédito se encarecerá debido al mayor escrutinio de los bancos”.
Pero hay más voces que auguran una caída de los créditos. Stéphane Déo, jefe de estrategia de mercados de Ostrum AM (Natixis IM), explica que la rentabilidad de los bancos o, al menos, la capacidad de los bancos para asignar créditos “se verá inevitablemente afectada”. El analista ironiza con que “esta es, después de todo, la crisis crediticia que la Fed quería para frenar la inflación”
Por su parte, Vincent Vinatier, gestor de carteras en AXA Investment Managers, asegura que es probable que se produzcan más dificultades de financiación en el ámbito de los fondos de capital riesgo/inversión y apalancados, ya que “se reducirá significativamente el apetito por la financiación de empresas deficitarias y se cuestionarán las valoraciones de los fondos de capital riesgo/inversión”.
Ante esto, la caída de Silicon Valley Bank podría acelerar la llegada de la recesión económica. Desde Banca March explican que se incrementa el riesgo de recesión: “El encarecimiento del crédito y el deterioro de las condiciones financieras presionará el crecimiento a la baja”. No obstante, el equipo de analistas recuerda que el deterioro de las condiciones financieras ocurre en un momento en el cual el mercado de préstamos daba las primeras señales de freno.
La ralentización de los créditos es una de las consecuencias de la política monetaria más restrictiva. Las subidas de tipos por parte de los bancos centrales buscan frenar el consumo y la inversión y así que la inflación caiga. En el caso de España, el volumen de crédito conjunto para empresas y hogares caen en los últimos doce meses.
Según la última estadística del Banco de España, publicada a principios de este mes, en enero el volumen de préstamos concedidos al sector privado se contrajo un 0,28% respecto al año pasado. Es el mayor descenso desde mayo de 2018. El volumen de préstamos corporativos se contrajo en enero 5.678 millones de euros, un 0,7%. Hubo más amortizaciones de crédito empresarial que crédito nuevo a empresas. Para las familias el volumen total de préstamos se mantiene gracias a los préstamos al consumo que sigue creciendo a un ritmo anual del 4,3%. Pero en los préstamos a vivienda el escenario cambió. En enero, el volumen de hipotecas descendió un 0,5% hasta los 510.422 millones de euros.
¿Qué pasará con los tipos de interés?
Esta situación y la posible recesión económica que va a provocar ha levantado las alarmas sobre si los bancos centrales pisarán el freno de las subidas de tipos en las próximas reuniones. El Banco Central Europeo se reúne este jueves. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, ya anticipó que la subida sería del 0,50%. El mercado no espera que haya cambios de rumbo en su hoja de ruta, ya que el objetivo que tiene el organismo es devolver a la inflación al 2% en 2025.
Por su parte, la Reserva Federal de EEUU (Fed) se reúne la próxima semana. Goldman Sachs descontó ayer un cambio de rumbo del organismo por la crisis del Silicon Valley Bank. Hasta ahora, anticipaba otro aumento del precio del dinero de 25 puntos básicos, desde la horquilla actual de entre el 4,50% y el 4,75%.
Sin embargo, el dato de IPC de febrero de EEUU ha sido del 6% y la inflación subyacente del 5,5%, que ha sido tal y como se esperaba ha hecho que los futuros de los fondos federales anticipen una subida de un cuarto de punto con una probabilidad del 88% la próxima semana.
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