La almadraba de atún de Barbate (Cádiz) ha realizado este viernes su primera levantá. Tras más de cuatro semanas de preparativos, las redes se han izado por primera vez abriendo una temporada de pesca artesanal que se prolongará durante las tres próximas semanas.

En esta jornada inaugural -bajo la gestión de Pesquerías de Almadraba de la que Grupo Ricardo Fuentes es copropietaria- se han extraído 30 piezas de atún con un peso de 215 kg de media.

En total, este año la almadraba de Barbate cuenta con una cuota que se acerca a las 1.000 toneladas. La cifra de esta temporada es similar a la del año pasado, en un contexto marcado por la confirmación de la recuperación de las reservas de esta especie.

Atunes de la almadraba de Barbate.
Atunes de la almadraba de Barbate. | GRUPO RICARDO FUENTES

Una realidad que llevó a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), entidad internacional encargada de gestionar esta pesquería, a aumentar la cuota de pesca asignada este año a España un 10%, hasta alcanzar las 6.784 toneladas totales.

El atún rojo de la almadraba de Barbate se reparte entre el mercado nacional y la exportación. Parte de su comercialización se realiza a través de la marca Fuentes el Atún Rojo en el mercado europeo, americano y asiático.

Pesca tradicional con más de 3.000 años

La almadraba es un arte de pesca tradicional, con más de 3.000 años de antigüedad, que solo captura los ejemplares adultos que se acercan a la costa, liberando los que no alcanzan los 50 kg de peso.

Durante toda su trayectoria, la almadraba de Barbate ha ido adaptando esta técnica milenaria, perfeccionando los procesos de captura y extracción sin perder la esencia artesanal. Ejemplo de ello es la incorporación de grúas y cubas en las embarcaciones para la refrigeración del pescado de forma inmediata.

Lo mismo ocurre con la ultracongelación que permite que algunos ejemplares que no van al mercado de fresco pasen del mar a cámaras que están a -60º en un muy corto espacio de tiempo, lo que garantizan que mantengan intactas todas sus propiedades naturales cuando llegan al consumidor en cualquier parte del mundo.

Además de la mejora y actualización de herramientas, este año ha crecido el equipo humano encargado de su desarrollo hasta alcanzar las 80 personas. Especialmente significativo ha sido el refuerzo en el equipo de buzos, encargado de controlar desde el agua el proceso de captura.