El sol y la playa resisten la estabilización de los precios del mercado inmobiliario nacional. Mientras el INE (Instituto Nacional de Estadística) muestra que el valor de la vivienda de segunda mano ha caído 1,4 puntos en el último trimestre de 2022 y repuntado apenas 0,2 en el primer trimestre de 2023, el segmento de la segunda residencia de la costa española -la casa de la playa- evidencia una actividad igual o superior a la del primer trimestre de 2022, impulsada por una mayor intensidad de compraventa por parte de la demanda extranjera.

Según el informe 'Vivienda en Costa 2023' de Tinsa, los precios residenciales reflejaron aumentos interanuales entre el 4% y el 5% en todas las zonas costeras, aunque el análisis por vertientes revela que la demanda en 2022 estuvo impulsada por las islas (+19,6%) y la costa mediterránea (+11,4%), mientras que el tramo atlántico y la costa norte se mantuvieron en tasas de variación cercanas a cero.

El perfil del comprador de segunda residencia, con mayor poder adquisitivo y menos sensible al impacto de la inflación y la subida de los tipos de interés que encarece las hipotecas que un comprador medio, sostiene la tendencia alcista en la vivienda de costa, cuyo precio aumentó durante 2022 y se prolonga en el primer trimestre de 2023.

Tal y como apunta 'Vivienda en Costa 2023', el último año ha sido en el que más compraventas de vivienda se han realizado en los municipios costeros de la última década. 287.313 de las 717.558 de las compraventas de viviendas que tuvieron lugar en España en 2022 se produjeron en el litoral, un 40% del total nacional y un 10,2% más que en 2021. "Este volumen de compraventas en los mercados costeros refleja el nivel más alto desde el desplome de actividad que se registró en 2008 en el contexto de la crisis financiera e inmobiliaria", destaca el análisis de Tinsa.

El precio en los mercados costeros prueba una mayor constancia al alza que el conjunto nacional en la serie histórica. Al contrario que el precio medio nacional, los precios en los litorales apenas se vieron afectados en 2020 y han mantenido los mismo ratios desde 2021 sin mostrar señales claras de ajuste hasta la actualidad.  

La reciente activación de la demanda residencial ha sido consecuencia de la acumulación de ahorros durante la pandemia en 2020, el mantenimiento del nivel de empleo nacional y un coste de financiación hipotecaria que no traspasó por completo las subidas de los tipos de referencia en 2022 y se mantuvo en niveles moderados.

La clave del comprador extranjero

Los territorios isleños como Mallorca, Ibiza, Formentera, Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife gozan de los mayores precios como consecuencia de la demanda de alto poder adquisitivo mayoritariamente internacional. La situación en Baleares es espceial, ya que a la alta concentración de compraventas de extranjeros (con salarios medios más elevados que los salarios medios locales) y el modelo productivo enfocado en el turismo incentivan la inversión en vivienda con fin vacacional, al mismo tiempo que las limitaciones de espacio propoias de una isla restringen la oferta y aumentan la competencia, lo que empuja los precios hacia arriba.

El estímulo de la demanda internacional para las casas en la playa ha superado los niveles previos a 2020. La mayoría de los compradores internacionales eligen las costas españolas como lugar de residencia temporal, frente a un 46% que lo hace de forma permanente. Según indica Tinsa, uno de cada cuatro compradores en los mercados de costa es extranjero, cifra que se supera en las islas y en la costa mediterránea.

La contracción del mercado inmobiliario costero sufrida en 2020 y 2021 como consecuencia del a coronavirus y las restricciones de movilidad que implicó el virus, ha desencadenado en 2022 en un rebote que dentoa "la canalización de ahorros acumulados por los hogares extranjeros hacia el residencial español", ya que se ha batido el volumen de compraventas de extranjeros de 2019, el último año antes de la pandemia.