El ciclo de política monetaria actual, más restrictivo, está haciendo que los españoles se alejen de las hipotecas. Ya no solo las dejan de contratar si no que reducen la deuda. Actualmente, la deuda hipotecaria de los hogares españoles se sitúa en niveles de 2006 en los 504.601 millones de euros, según los datos del Banco de España del mes de mayo. En los cinco primeros meses del año, el saldo hipotecario vivo ha caído en 8.672 millones de euros. A pesar de la caída, los créditos hipotecarios de los hogares representan el 73,2% de la deuda total de las familias.

Para encontrar una deuda hipotecaria similar a la del mes de mayo hay que retroceder hasta marzo de 2006, cuando se situó en los 502.197 millones de euros. Hace un año (mayo de 2022), la deuda hipotecaria era de 517.609 millones de euros. El saldo máximo hipotecario de los hogares españoles se dio en julio de 2010 cuando se acumuló una deuda de 680.760 millones de euros

El Banco Central Europeo comenzó la subida de tipos en julio de 2022 después de once años con una política monetaria laxa. Esto ha hecho que el euríbor haya subido con fuerza en este último año y que en junio ya haya cerrado por encima, aunque muy ligeramente, del 4% (cerró en el 4,007%). Los últimos datos disponibles del supervisor bancario son del mes de mayo, cuando el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas variables cerró en el 3,862%. Este porcentaje provoca que las cuotas mensuales sean más altas, por lo que los españoles que hayan podido ahorrar algo de dinero lo han utilizado para amortizar deuda.

Pero no solo se encarecen las hipotecas ya contratadas, sino que las de nueva creación también son más caras. Actualmente es complicado encontrar oferta hipotecaria por debajo del 3%, en una hipoteca a tipo fijo, e incluso ya hay algunas entidades que se atreven con el 5%. Por lo que respecta a las hipotecas variables, están reduciendo su precio, pero tienen menos atracción porque el euríbor continúa subiendo.

Todos estos factores hacen que el saldo hipotecario vivo caiga con fuerza mes a mes desde julio de 2022. De hecho, desde que el BCE empezó con las subidas de tipos, los españoles se “han desecho” de 14.528 millones de euros de deuda hipotecaria. Hay que tener en cuenta, que según los datos del Banco de España, el 70% de esta deuda es a tipo variable, que se está viendo o se verá durante este año afectado por la subida vertiginosa del euríbor.

A la amortización de la deuda hipotecaria se une la caída de firmas de nuevos préstamos. Según los últimos datos de Instituto Nacional de Estadística (INE), en abril se firmaron 27.053 hipotecas, un 18,3% menos que en el mismo del año anterior y un 25,2% por debajo del dato de marzo.

Más créditos al consumo

Sin embargo, a pesar de la situación económica de incertidumbre, los españoles sí que están contratando más créditos al consumo. Los datos del Banco de España muestran que en mayo, las familias aumentaron en 542 millones de euros el saldo vivo de estos créditos hasta los 96.208 millones de euros. Si se compara con el año anterior, el aumento es mucho mayor, de 3.252 millones de euros. El tipo de interés medio actual de los préstamos personales es del 8,07%, mientras que la TAE media es del 9,02%. Este es el precio de los créditos al consumo concedidos en abril de 2023, según el Banco de España (son los últimos datos disponibles). El tipo de interés medio de las hipotecas se situó en marzo en el 3,61%.

La inflación hace que el poder adquisitivo de los ciudadanos caiga. Esto ha hecho que el remanente de ahorro que se consiguió en la pandemia, por no poder consumir, haya bajado mucho. La consecuencia es que los españoles recurran a créditos al consumo para poder seguir gastando, pero sobre todo para llegar a fin de mes y no perderse las vacaciones.

Juan Carlos Higueras, doctor en Economía y profesor de EAE Business School, asegura que los créditos al consumo aumentan porque las familias no llegan a final de mes por la inflación y por la subida del euríbor que ha hecho que las cuotas hipotecarias suban mucho. “Para cubrir otros gastos o bien, ante la dificultad para renovar las condiciones de la hipoteca, las familias están cubriéndose con créditos al consumo que tienen plazos menores, son de cuantías menores, aunque tienen mayor coste, pero son más fáciles de conseguir”.

Elisabet Ruiz-Dortas, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, apunta que “cuando uno mira los préstamos al consumo, solo mira lo que paga cada mes y si puede pagar durante un año 300 euros mensuales, no mira los intereses”. Y es que según asegura, “cuesta mucho decir que no a unas vacaciones, a un coche, a una fiesta…”.