La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha asegurado que es “probable” que vuelvan a subir los tipos de interés en julio. La primera espada del organismo ha insistido en que hay camino por recorrer y ha añadido que no han llegado a su destino, por ello, ha descartado una pausa en la subida de tipos. No obstante, ha reiterado que continuarán ese viaje según los datos disponibles en cada reunión.

Lagarde ha señalado que continuarán subiendo tipos hasta que no cambie el escenario de “manera sustancial el escenario base que manejamos para la inflación”. La presidenta ha hecho estas declaraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno en el que se ha decidido subir los tipos de interés un 0,25% hasta el 4%, por primera vez desde junio de 2000. Con esta última subida, el BCE acumula ocho alzas consecutivas. La primera fue en julio de 2022 después de 6 años con tipos al 0% y por primera vez desde 2011.

Ante esta situación, Christine Lagarde ha apuntado que serán “tan restrictivos como sea necesario para alcanzar nuestro objetivo”. La presidenta del BCE quiere dejar claro que no habrá recorte de tipos en 2023, tal y como habían comenzado a anticipar algunos analistas e inversores.

Con esta afirmación, Lagarde se ha querido alejar de la Reserva Federal de EEUU, que este miércoles hizo una pausa en la subida de tipos. "Nosotros hemos subido los tipos y, a menos que haya un cambio sustancial en nuestro escenario central, los continuaremos incrementando en la próxima reunión, así que no estamos pensando en una pausa", ha apuntado Lagarde.

Asimismo, la presidenta no ha querido contestar hasta que nivel máximo llegarán los tipos en la eurozona y ha puntualizado que será algo que se sabrá cuando se llegue. El objetivo que persigue el BCE no es un techo determinado de tipos sino garantizar que la inflación baje al 2% pronto. Sobre este punto, Lagarde se ha mantenido firme y ha apuntado que no va a cambiar el objetivo del 2% de inflación.

Lagarde ha explicado que las perspectivas sobre la evolución de la inflación están marcadas por un alto grado de incertidumbre, de ahí que las decisiones del BCE se basen en los últimos datos disponibles. Los riesgos al alza incluyen posibles presiones renovadas sobre la energía y los alimentos, también relacionadas con la guerra de Rusia contra Ucrania.

"Un aumento duradero de las expectativas de inflación por encima de nuestro objetivo, o aumentos superiores a los previstos en los salarios o los márgenes de beneficio, también podrían impulsar la inflación al alza, incluso a medio plazo. Los acuerdos salariales recientes en varios países se han sumado a los riesgos al alza para la inflación", sostiene la presidenta.

En el otro lado de la balanza, Christine Lagarde sitúa las nuevas tensiones en los mercados financieros, que podrían reducir la inflación más rápido de lo previsto. Asimismo, ha considerado que un debilitamiento de la demanda, debido a la subida de los tipos, también conduciría a menores presiones sobre los precios. Si la caída de la energía y los alimentos se traslada a otros precios más rápidamente, eso también ayudaría a regresar pronto al objetivo del 2%, según la evaluación del BCE.