"Aquí estamos, viendo el destrozo del agua" y un suspiro que se tambalea entre la incredulidad y la desesperación. Apenas tres segundos bastan para conocer la situación que atraviesan los viticultores de Toledo (Castilla-La Mancha), una de las provincias más golpeadas por la boracidad de una DANA que a su paso por España ha dejado muertos, desaparecidos, cortes de comunicaciones y miles de incidencias.

Andrés García Vaquero, presidente de Unión de Uniones Castilla-La Mancha y propiertario de 64 hectáreas de viñedos, explica en conversación con El Independiente las consecuencias del fenómeno meteorológico en las viñas toledanas. "Tengo viñedos cubiertos con más de seis metros de agua", lamenta el agricultor, que destaca que el Arroyo de Ramabujas que pasa junto a su finca junto al polígono industrial del Toledo "traía 20 o 30 veces más de agua de lo normal" y de lo que pueden evacuar los dos tubos que salen del talud y desalojan el excedente. "Con semejante cantidad de agua es imposible evacuarla toda. Tengo 30 hectáreas convertidas en una presa, totalmente anegadas", apunta Andrés.

El daño en la explotación del presidente de Unión de Uniones en Castilla-La Mancha ronda los 200.000 kilos de uva. A ojo, ya que el punto es innacesible, Andrés calcula que 9 hectáreas, "unos ocho camiones de uva", se encuentran todavía empantanadas. "¿Eso en dinero cuánto es? No lo sé. No lo quiero pensar porque me pongo malo. Si son ocho camiones, a 25.000 kilos de uva por camión, son 200.000 kilos. A 30 céntimos el kilo sale a 60.000 euros", apunta Andrés, que destaca que justo esta zona baja es la que más tarde se da porque la que mejor tierra tiene, la que mejor fruto proporciona y por tanto la última en recolectar.

Vendimia a contrarreloj

La mirada al cielo perpetua de los agricultores, enriquecida ahora con la exactitud de las previsiones, alertó al campo de lo que se avecinaba. "He librado tres cuartas partes de la cosecha gracias a que hemos visto el agua que iba a caer y a la carrera hemos cogido lo que nos ha dado tiempo. De sol a sol se queda corto. Hemos estado 20 horas al día trabajando, un tractorista en cada turno y yo en los dos", asegura Andrés con resignación, ya que lamenta ver cómo se ha esfumado la parte más selecta de su finca y la más productiva.

Andrés insiste en que las pérdidas no son solo econónomicas, tambien se ha escapado buena parte del trabajo de todo el año pasado y muy probablemente del que viene: "Ahora toca limpiar porque el terreno está imposible. Está lleno de troncos, de árboles, de paja, de barro, de mangueras, de postes de teléfono y de la luz, garrafones… Aquí hay flotando de todo y hay que limpiar esta tierra, que cuesta más todavía que la uva", explica.

El dirigente de Unión de Uniones de Castilla-La Mancha traslada que además de esas 9 hectáreas "que se han convertido en una presa", espera más pérdidas: "Hay más cepas que desde la distancia se ve que no están sumergidas, aunque es más que probable que se pierdan porque cuando no haya agua será imposible vendimiar. El suelo estará destrozado y se pudrirán".

Consecuencias de la DANA en los cultivos

Tal y como ha comunicado Agroseguro, aunque aún es pronto para conocer con exactitud el alcance que ha tenido sobre la agricultura o la cabaña ganadera, la primera impresión es que las intensas lluvias dejarán siniestros puntuales en los cultivos presentes en el campo en este momento (hortalizas, viñedo, frutales, almendro…), bien por los efectos de las lluvias, las inundaciones o el viento o por el impacto del pedrisco. 

El técnico de la organización agraria Asaja Gregorio Juárez, ha aseverado en declaraciones recogidas por Efe que la uva madura que todavía está sin recolectar es la que más riesgo tiene de sufrir los daños y requerirá un tratamiento urgente para evitar que se pudra, por los problemas que eso supone. En su caso personal, Juárez ha visto cómo la nave de su explotación, ubicada en la localidad toledana de Lillo, se ha cubierto de agua en una cuarta parte y el terreno más cercano está inundado, por lo que todavía es pronto para valorar los daños.

Según han advertido desde ASAJA habrá que esperar para tener cifras completas de los daños causados en la agricultura. Fuentes de AVA-ASAJA han valorado que aunque la DANA ha provocado daños en infraestructuas agrarias y en campos de almendras pendientes de recolectar en la Comunidad Valenciana, "en general", las lluvias han resultado beneficiosas.

La principal zona afectada en la Comunidad Valenciana es el término de Borriol (Castellón), donde el 80% del cultivo de almendra corresponde a la variedad Marcona, que todavía no había sido recogida. Las lluvias persistentes -189 litros en 2 horas- causaron una caída generalizada del fruto de los árboles, que además fue arrastrado por el agua. Uno de los cultivos estrella de la Comunidad Valenciana, el arroz, no experimentará problemas si no persisten las lluvias en los próximos días. No obstante, los arroceros trabajan en evacuar el agua de sus parcelas para evitar problemas fúngicos en el cultivo.