En un momento de ralentización de la economía europea, la española creció en el segundo trimestre solo un 0,5% frente al trimestre anterior, según los datos revisados publicados por el INE este viernes. Se trata de un frenazo de 0,1 puntos, que tiene que ver sobre todo con el contexto internacional -la actividad de la zona euro solo creció un 0,1% en los dos primeros trimestres-, pero aún pequeño para lo que los analistas esperan que se produzca este trimestre. Esta misma semana, el Banco de España comunicó que prevé que el PIB avance solo un 0,3% este tercer trimestre, también por el deterioro del entorno europeo.

En un primer momento, el INE había calculado que el PIB habría avanzado solo un 0,4% de abril a junio, pese a que los buenos datos de empleo anticipaban una cifra mejor. En ese sentido, el propio Banco de España sigue sin tener una respuesta a las diferencias entre los fuertes avances de las cifras de empleo y los muchos más leves crecimientos del resto de la economía, pero en su informe lo relacionaba con el sector servicios. "Posiblemente [tenga que ver] porque el crecimiento económico ha estado vinculado al sector servicios, que suele crear más empleo", afirmaba. También porque las empresas, en un momento en el que muchas no consiguen encontrar trabajadores por la aparente "crisis de vacantes", están reteniendo a los suyos ante caídas de su actividad más o menos modestas y transitorias, en lugar de despedir.

España recuperó el PIB precovid en 2022

Pero la revisión no se ha limitado al dato del segundo trimestre, sino que también ha afectado al primero, que habría crecido un 0,6% frente al 0,5% anteriormente calculado. El cambio tiene que ver con la revisión de las cifras que el Instituto Nacional de Estadística ha acometido sobre las cifras de PIB de los años 2020, 2021 y 2022, publicada el lunes, y que ha concluido que España recuperó el PIB prepandemia en el 2022, en lugar de en el 2023, como parecía.

Que la recuperación se haya adelantado de esa manera puede parecer baladí, pero afecta a todo el relato sobre cómo salió España de la pandemia, puesto que a la vista de estas cifras lo habría hecho a un ritmo muy similar que el resto de países europeos. Asimismo, el crecimiento de PIB de 2021 queda en el 6,4% después de la revisión, casi un punto más que el 5,5% estimado inicialmente. A día de hoy, el INE apunta que España está casi un 2% por encima de los niveles de PIB prepandemia. Las variaciones muestran hasta qué punto está siendo complicado medir la economía durante y después de la pandemia, algo de lo que ya venían advirtiendo los expertos y que tiene que ver con cómo se retomó la actividad tras el parón del confinamiento.

El consumo tira de la economía, caen las exportaciones

Por esa misma razón, Estadística insiste en su nota de prensa en que las cifras de PIB publicadas este viernes están sujetas a revisión. Pero por el momento los datos apuntan que el avance de la economía está ralentizándose, algo que se nota particularmente en las tasas interanuales, donde el avance pasó a ser del 2,17%, frente al 4,17% del primer trimestre, al 3,8% del último del año pasado o al 5,35% o 7,22% del tercero y segundo de 2022. Así, no se registraba una tasa de crecimiento tan baja desde los primeros tres meses de 2021, cuando la economía retrocedía por la pandemia.

Sin embargo, la misma estadística arroja datos positivos: el consumo de los hogares creció un 0,9%, seis décimas más que en el primer trimestre, y el gasto público lo hizo un 1,6%, frente al retroceso del 0,5% de entre enero y abril. La inversión en vivienda creció al 3,6%, dos puntos más, contribuyendo a la demanda nacional, que aportó 2,3 puntos al crecimiento del PIB, un punto más que durante el trimestre precedente. De su lado, la inversión total pisó un poco el freno al registrar un crecimiento trimestral entre abril y junio del 1,9%, frente al avance del 3,1% del trimestre precedente, a consecuencia de la subida de tipos de interés.

Es decir, que el consumo, las inversiones y el gasto público (los elementos que componen la demanda interna) fueron los que tiraron de la economía, al contrario que en trimestres anteriores, en los que el crecimiento se basó en gran medida en las exportaciones (cuya diferencia con las importaciones constituye la demanda externa). En este caso, las exportaciones bajaron un 3,2% trimestral, perjudicadas por el parón de la economía europea, y las importaciones bajaron un 2,1%, frente a avances del 4,6% y del 4,1% en el primer trimestre.