El Gobierno tendrá que decidir sin apoyo de Europa si Arabia Saudí entra en el accionariado de Telefónica. Así lo confirman diferentes fuentes del sector a este periódico, una vez que van pasando los días y Saudí Telecom prepara la documentación necesaria para remitírsela a Moncloa.

El decreto ley que regula estos trámites no incluye en principio ningún periodo máximo y según remarcan fuentes conocedoras de la situación “los trámites van por buen camino” y se espera que en las “próximas semanas se entregue la petición formalmente” al Gobierno de España.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez, según narran los informantes, ha transmitido la operación a Bruselas la adquisición del 9,9% por parte de STC para poder tener una visión más amplia y de conjunto. Sin embargo, “Bruselas no tiene competencias y no tendrá nada que objetar”, remarcan por lo que será el propio Gobierno quien diga si el capital saudí irrumpe en el accionariado de Telefónica.

Y eso que Europa podría entrar de facto gracias a la legislación que impera dentro del Viejo Continente. Hace tres años, con la pandemia, se creó un mecanismo de inversión extranjera directa en el que, “el objetivo es identificar y abordar posibles amenazas de empresas o capital foráneo para la seguridad de la UE”. No obstante, según reseñan las voces del sector de telecomunicaciones la ley anti opas creada por el Ejecutivo durante el coronavirus es suficiente para que sea Moncloa la que dé o no el plácet a ojos de la Unión Europea.

La firma saudí está exenta del denominado 'escudo anti opas' que con carácter general obliga a las empresas extranjeras a pedir la autorización del Ejecutivo español si supera el 10% del capital en una empresa estratégica española, pero sí se podría ver afectada por la vinculación de Telefónica España con el sector de la defensa, en cuyo caso el umbral de la participación que exige el aval previo del Consejo de Ministros baja al 5%.

Además de la legalidad, otras fuentes consultadas remarcan la importancia para Europa “mantener buenas relaciones con un socio como es Arabia Saudí”. Petróleo, gas, turismo o inversión en deporte son algunas de las apuestas por el país dentro de nuestro continente por lo que “la Unión Europea no va a querer entrar en posibles conflictos económicos con un socio de referencia”.

Para Pedro Sánchez y los principales ministros económicos socialistas era fundamental que la Unión Europea diera un paso adelante e intentara apoyar a Moncloa en su decisión puesto que podría dar de más empaque a la decisión final respecto a Arabia Saudí. Algo que en ningún caso sucederá.

Gobierno dividido

Cabe recordar además que el Gobierno está dividido en la decisión. Por un lado, se encuentran los que no ven con malos ojos que el capital saudí irrumpa en el capital de Telefónica; por el otro, los ministros que desean vetar la irrupción de STC en la compañía de telecomunicaciones.

Este periódico ya contó que Margarita Robles, ministra de Defensa, se niega a la operación. "La prioridad para nosotros es que la defensa nacional esté siempre absolutamente protegida. La defensa es esencial y fundamental, y precisamente la normativa que tiene España ha querido ser muy estricta cuando haya inversiones extranjeras que puedan aceptar a la defensa y a la seguridad", sostuvo recientemente la política. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, también ha sido muy crítica con la posibilidad de que Saudí Telecom aterrice en la operadora española.

Por su parte, Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, si bien ha dicho que vigilará de cerca la entrada en Telefónica por parte de STC apuesta por dejar que capital extranjero tenga participaciones en compañías españolas.