Los precios de la cesta de la compra han vuelto a repuntar este mes de septiembre. Según el indicador adelantado del Instituto Nacional de Estadística, la inflación general se habría situado este mes en el 3,5%, frente al 2,6% de agosto, sobre todo por los precios de la electricidad y los carburantes, que el mismo mes del año pasado experimentaron una caída importante. Por su lado, la inflación subyacente se ha reducido tres décimas, al subir un 5,8% este mes en comparación con el mismo mes del año pasado y alcanzando mínimos del último año.

Con respecto al mes pasado, los precios han aumentado un 0,2%, según los mismos datos, que el INE confirmará o corregirá a mediados del próximo mes. En este caso, sí que se trata de una relajación con respecto al incremento de 0,5 puntos que experimentaron en agosto, aunque hay que precisar que la tasa mensual está variando con fuerza dependiendo de los meses: en enero cayó dos décimas, en febrero subió nueve, en marzo y abril subió cuatro y seis, en mayo se mantuvo estable y en junio volvió a repuntar seis décimas.

¿Qué implica este repunte del IPC? En principio el incremento de los precios se debe al efecto base, es decir, al efecto comparativo con la cesta de la compra de hace un año. El IPC tiende a observarse de forma mayoritaria en términos interanuales, y ese dato está muy sujeto a lo que sucedió el mismo mes del año anterior. En este caso, en septiembre de 2022 los precios de la electricidad cayeron con fuerza con respecto a los del año anterior, y de forma similar sucedió con los carburantes, lo que ya hacía prever que la tasa de este septiembre iba a ser alta.

En cualquier caso, este repunte del IPC es el mayor experimentado en un mes desde junio de 2022, cuando los precios se situaban en máximos históricos. Durante los últimos meses, la tasa venía sumando o restando pocas décimas, por lo que hay que remontarse hasta hace más de un año para encontrar un salto de casi un punto.