Ni banco central ni pesos argentinos. La dolarización es la solución que propone Javier Milei para terminar con la inflación en Argentina. El candidato liberal es el favorito en la primera vuelta de las elecciones que se celebran este domingo y su carácter agresivo y provocador acompañan a sus propuestas para recuperar la economía del país.

La depreciación de la moneda y la inflación llevan acompañando a la economía argentina muchos años. La equivalencia entre el peso argentino y el dólar estadounidense se borró hace décadas y, en la actualidad, un peso no vale ni un céntimo de dólar. En septiembre de este año, el dato del índice de precios al consumo (IPC) en tasa interanual ascendió al 138%. En solo un mes, los precios subieron un 12,7%. 

Además del cambio oficial, los pesos argentinos se mueven en un mercado paralelo con otros tipos de cambio, unas fluctuaciones que perjudican al peso argentino y, en definitiva, también a la inflación. Tratando de corregir los desequilibrios, el Banco Central devaluó un 22% su moneda el pasado mes de agosto, tras la victoria de Milei.

Para terminar con esto, el candidato propone algo tan básico como quitar " la máquina de imprimir billetes a los políticos", según comentaba en una entrevista en El País. Por ello, no le preocupa no tener los dólares necesarios para absorber todos los pesos en circulación.

"El peso no puede valer ni como excremento, porque esa basura no sirve ni para abono", afirmó el ahora candidato a la presidencia argentina. Milei propone que el país adopte el dólar como moneda oficial y destruir “literalmente” el Banco Central. La propuesta no cuenta con el apoyo de los economistas y tampoco de las cuentas argentinas, ya que las reservas de dólares están en negativo. 

“Las reservas internacionales netas de pasivos en moneda extranjera se encuentran en terreno negativo desde principios de año. Este bajo nivel de reservas, junto con una elevada emisión monetaria para asistir al fisco (y que se aceleró aún más desde junio), conforman un combo que genera continuas y crecientes presiones cambiarias e inflacionarias”, alertan desde BBVA Research.

Ante la situación actual, Milei tendría varias posibilidades para conseguir una dolarización de la economía argentina, aunque todas cuentan con riesgos y no son fáciles de ejecutar.

Aumentar las reservas de dólares

Desde Barclays advierten que el discurso sobre la dolarización argentina se ha ido reforzando en los últimos meses, después de que Milei afirmase que Emilio Ocampo era “el último presidente del Banco Central de Argentina”. En esta línea, apuntan que una opción sería la de aumentar las reservas de dólares con las que cuenta el país.

La entidad británica calcula que para un proceso de dolarización, Argentina necesitaría alrededor de 35.000 millones de la divisa estadounidense, “una cantidad de financiación aparentemente inalcanzable, dada la falta de liquidez” del país.

Consideran también desde Barclays que Milei no estaría en posición de convencer a inversores extranjeros para conseguir millones de dólares "a cambio de una promesa de mejorar el perfil crediticio" del país. "A los inversores probablemente les preocuparía que el plan no funcionase y que los dólares acabaran en cuentas de residentes en el extranjero", advierten.

Depreciación del peso

Si el candidato no consiguiese aumentar esas reservas de dólares, pero insistiese en ese proceso de dolarización, "el peso tendría que dispararse hasta los 5.500 dólares, una devaluación que aumentaría significativamente los riesgos de un conflicto político y social", señala Barclays. Y es que la depreciación del peso argentino ha ido acompañada de un aumento de la pobreza en el país.

"En una situación tan grave, el servicio de la deuda externa ocuparía un lugar secundario en la lista de prioridades del Gobierno y los recursos para pagar (su deuda pública) serían escasos, si no inexistentes".

Reducir el gasto público

Los economistas creen que Milei no optará por esa depreciación del peso que llevaría al país a una inflación todavía mayor y que podría centrar su política en la reducción del gasto público, algo que desde BBVA Research estiman necesario. "Para 2024 estimamos un déficit de 1% del PIB, ya que el próximo gobierno deberá ajustar las cuentas para evitar una intensificación de los desbalances macroeconómicos", afirman en un informe sobre la situación de la economía argentina.

La división de análisis del banco pronostica una recesión en el país para este año y también para el próximo, con una caída del producto interior bruto (PIB) del 3,5% y del 2,5%, respectivamente.