El PSOE y Sumar han pactado este martes fijar un tipo del 15% en el impuesto de sociedades sobre el resultado contable -en lugar de sobre la base imponible, como hasta ahora- con el objetivo de recaudar más, evitando así "los ejercicios de ingeniería fiscal" que según Yolanda Díaz suelen llevar a cabo las empresas. Según las estimaciones de la coalición, si la medida sale adelante, permitirá recaudar 10.000 millones de euros más. Pero, ¿qué implica exactamente este cambio? ¿Cómo afectará a las cuentas de las empresas? ¿Por qué permite recaudar más?

Empezando por el principio: el acuerdo contempla impulsar una reforma fiscal para "mejorar su progresividad" y acortar la brecha de ingresos sobre PIB respecto a la media europea al final de la legislatura. "Dicha reforma estará orientada a lograr que contribuyan más quienes hoy se esfuerzan menos (grandes empresas y patrimonios y rentas del capital, principalmente) y quienes incumplen con sus obligaciones tributarias", reza el texto. Para ambos partidos, esa reforma permitirá "financiar servicios públicos y prestaciones sociales de calidad", reduciendo también "la desigualdad y la pobreza", "tal y como establece la Constitución".

Y aquí es donde entran los cambios en el impuesto de sociedades. "Esta reforma asegurará que se alcanza el 15% efectivo de tributación sobre el resultado contable de las grandes empresas en el impuesto de sociedades en los términos acordados a nivel global y en la UE, la mejora de la progresividad en el IRPF, un trato más igualitario de la tributación de las rentas del capital y del trabajo en este impuesto", dice el texto.

La diferencia entre el resultado contable y la base imponible

Muy simplificado, el resultado contable es simplemente la diferencia entre los ingresos y los gastos de la empresa en cuestión. A día de hoy, para calcular cuánto paga una empresa de impuesto de sociedades el resultado contable se tiene en cuenta, pero a este se le aplican ajustes al alza o a la baja para llegar a la base imponible. Es decir, se tienen en cuenta otros aspectos de las cuentas financieras, amortizaciones o beneficios en el extranjero ya declarados en otro lugar, por ejemplo.

De este modo, el tipo general del impuesto de sociedades se aplica a esa base imponible, y así se llega a la cuota íntegra. Después, se le aplican deducciones y bonificaciones hasta llegar a la cuota líquida, que es lo que se paga finalmente.

"Ahora, las empresas establecen grupos de sociedades que aseguran maximizar los ajustes positivos y minimizar los negativos para pagar menos impuestos", explica Marta Rayaces, experta fiscal de TaxDown. De ahí las quejas de Podemos, que en diferentes ocasiones ha insistido en que las grandes empresas solo pagan un 4% de impuestos sobre sus beneficios, algo que también ha criticado la vicepresidenta Yolanda Díaz este mismo año.

PSOE y Podemos ya acordaron fijar un tipo mínimo del 15% para grandes empresas

La diferencia entre una cosa y otra podría ser de miles de millones de euros, y podría significar el principio del tipo efectivo de sociedades que tanto se ha buscado. Hay que recordar que en 2021, el acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado de PSOE y Podemos ya incluía el establecimiento de un tipo mínimo del 15% para el impuesto de sociedades para las grandes multinacionales. Era la medida estrella, y algo que después se discutió en el ámbito internacional, llegando, incluso, a aprobarse en forma de directiva europea.

El problema está en que ese 15% se aplica sobre la base imponible, y ahí quedan fuera los beneficios en el extranjero de las multinacionales españolas. Ahora, si finalmente llega a buen puerto este acuerdo -por ahora, preliminar, ya que Pedro Sánchez ni siquiera ha sido investido- la cantidad que las empresas abonan como impuesto de sociedades podría aumentar exponencialmente. Por el momento, las organizaciones de empresarios no han hecho comentarios sobre la iniciativa.