El impuesto de la banca, que se creó con un horizonte temporal de dos años, se va a prorrogar, tal y como se señaló en el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar. Sin embargo, parece que no se va a quedar tal y como está hasta ahora, sino que habrá algunos cambios. Este gravamen ha sido duramente criticado por los bancos e incluso ha sido recurrido. Fuentes del Ejecutivo han señalado que están evaluando cambios en los impuestos al sector, pero todavía no hay comunicación con las entidades. Uno de los posibles cambios podría ser que se gravase los beneficios y no los ingresos, una de las peticiones del sector.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó que está en marcha una fase de trabajo para rediseñar el impuesto a las energéticas para fomentar grandes inversiones en renovables. Pero estas fuentes gubernamentales aclararon que este caso no es el del impuesto a la banca, con el que no son necesarias inversiones y, por tanto, no se sometería a un rediseño, aunque destacaron que sí se evaluará por si se detecta que algún aspecto “no ha funcionado bien”.

Diferenciaron que con las energéticas es importante que inviertan y el Ejecutivo prefiere preservar este aspecto. Recientemente, Repsol ha avisado de que las inversiones en hidrógeno que prevé en España se las llevará fuera si hay un impuesto a la producción que en otros países como Francia o Portugal no existe.

Fuentes del sector financiero aseguran que no hay novedad a este respecto y que no ha habido comunicación con el Gobierno sobre una posible evaluación para cambiar el impuesto. El gravamen ha sido rechazado por todas los bancos españoles por la forma y el fondo en el que está hecho. Una de las principales críticas es que el impuesto grava con un 4,8% los ingresos (márgenes de interés y comisiones) y no sobre beneficios. En este punto, señalan desde los bancos que pone en riesgo la concesión de créditos, el principal negocio de la banca y que “sirve para mover la economía”. 

Asimismo, al gravar los ingresos, el pago de este impuesto el año que viene será mayor, porque los márgenes de interés y las comisiones están aumentando con fuerza. El sector lamenta que este impuesto es “discriminatorio” y que hace que la imagen de la banca empeore. Los directivos de las principales entidades apuntan que ya tienen un impuesto de sociedades superior al del resto de las empresas. 

Desde la Asociación de la Banca siempre han defendido que este impuesto está basado “sobre dos falacias”, ya que añaden que los beneficios no son extraordinarios, tal y como señalan desde el Ejecutivo, “lo extraordinario es tener los tipos de interés cero o negativos”. El Banco de España también se ha mostrado en contra de la prórroga de este impuesto. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguró que el diseño del impuesto es "muy mejorable", en relación a que grave los ingresos por intereses y comisiones y no el beneficio. El deseo del organismo es que “esta parte de los beneficios que acaban yéndose al impuesto se mantuviera en el capital de los bancos y aumentara la resiliencia del sector".

La prórroga de este impuesto ha sido duramente criticada por todos los grandes bancos españoles. Alguno como Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, aseguró que este gravamen “es como pegarse un tiro en el pie” y que pone en riesgo que la financiación llegue a la economía. 

El impuesto a la banca grava el 4,8% de los ingresos obtenidos por cobro de comisiones y por los márgenes de intereses que se aplican, un impuesto que recae sobre todas las entidades que facturaron más de 800 millones en 2019. Además, se circunscribe a la actividad que las entidades desarrollen en España. En un primer momento, se pensaba que este impuesto podría suponer una doble imposición sobre los beneficios, ya que el banco ya tiene el impuesto de sociedades.

En 2023, las seis grandes entidades (Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja) han pagado 1.123 millones de euros por este gravamen. A pesar de ello, el beneficio de estos bancos en España, ya que solo grava la parte de su negocio en el país, ha sido de algo más de 9.000 millones de euros hasta septiembre.