Borja Prado es historia en Mediaset. El empresario que quería tener un hueco importante en el panorama mediático se fue por la puerta de atrás de la compañía tras una relación tormentosa con los actuales propietarios. Tras un año y medio como presidente del grupo audiovisual ambas partes acordaron su marcha, que se hará oficial en las próximas semanas.

La noticia, que adelantó El Economista, indicaba que la guerra interna entre Borja Prado y los consejeros delegados, Alessandro Salem y Massimo Musolino, fue el detonante para que la relación contractual entre ambas partes vaya a finiquitarse antes de que termine 2023.

De acuerdo a las fuentes consultadas por este periódico, las diferencias empresariales han hecho insalvables que Borja Prado continúe en la dirección de Mediaset. La principal, según los informantes, fue la insistencia del empresario español por comprar Prisa Radio.

La cúpula directiva entiende que, por ahora, no era momento de acometer grandes inversiones. Algo que no ha comprendido Prado en los últimos meses puesto que entendía que era fundamental controlar un espacio radiofónico para aumentar la capacidad de visibilidad de la marca Mediaset.

El sueño de controlar Cadena Ser por el grupo mediático no es nuevo. Grupo Prisa está inmerso en una reestructuración de su deuda y para ello vendió parte de sus activos. Durante muchos meses, la idea de desprenderse de la unidad de radio estuvo encima de la mesa, si bien Joseph Oughourlian, presidente de la compañía, ha intentado desmentir dichos rumores.

De hecho, Pier Silvio Berlusconi, presidente ejecutivo de la cadena de televisión, dijo que estaba evaluando cualquier posible acuerdo en España "que pueda ayudar a la compañía a construir un sistema de medios integrado compuesto por activos de televisión, internet y radio». Estas palabras, según las fuentes del sector consultadas, fueron tomadas al pie de la letra y Borja Prado intentó hacer todo lo posible para poder controlar Prisa Radio.

La crisis en el grupo Mediaset, debido a sus pobres resultados, reabrió la necesidad de acometer importantes cambios tanto editoriales como en la parrilla para cambiar el rumbo de Telecinco y Cuatro. Borja Prado fue el que se metió de lleno para dar un vuelco a la situación. Una de las medidas más importantes fue cargarse uno de los buque insignia de Mediaset, como era Sálvame y a todos sus presentadores y colaboradores.

Pocas semanas después, el hijo de Berlusconi decidió apartarle de la línea editorial e, incluso, dijo abiertamente que Borja Prado hacía mejor su labor a nivel institucional que editorial. De ahí que pasara a ser presidente no ejecutivo.

Durante su última etapa, los encontronazos por la línea editorial han sido constantes. Borja Prado, a su vez, consideraba que tanto Telecinco como Cuatro carecían de una posición ideológica marcada, algo que sus competidoras sí tenían. Es el caso de Atresmedia, que con Vicente Vallés, en la televisión o Carlos Alsina, en la radio, ha sabido cómo atraer a la audiencia. El empresario insistía en crecer en otros sectores e invertir en rostros reconocidos en informativos y adquirir Prisa Radio para poder relanzar a Mediaset, algo que finalmente no sucedió puesto que las altas esferas de la matriz de Telecinco decidieron prescindir de él.

Conviene recordar que el interés de Borja Prado por Prisa no es nuevo. El empresario llegó a reunirse con varios inversores cercanos a Vivendi, José María Aznar y otros empresarios para tantear una posible compra de Prisa, tal y como informaban en mayo varios medios de comunicación españoles. El interés del grupo mediático por la cabecera de El País o Cadena Ser se viene cocinando desde hace mucho tiempo, pero finalmente no llegó a cristalizar.

El apetito por Prisa no ha cesado en Prado y ha querido adquirir algún activo del grupo mediático cotizado, fuera de una manera directa (compra por su cuenta) o a través de Mediaset. Las constantes intentonas del actual presidente de la cabecera de Telecinco han sido determinantes para que los consejeros delegados y los dueños de Mediaset hayan tomado la decisión de quitarle de la primera línea, según remarcan los informantes.

Como revelan las fuentes consultadas, la pelea entre los consejeros delegados y Borja Prado era constante puesto que el ex presidente de Endesa quería dar su toque editorial en “casi todos los programas” que se emitían. Además, Prado era partidario de tener una línea editorial más cercana del Partido Popular que del PSOE. La estocada final a este asunto llegó con el fichaje de Carlos Franganillo a los informativos de Telecinco, periodista procedente de RTVE y que nunca ha sido extremadamente duro contra el Gobierno.

Malos momentos

El grupo audiovisual MFE-MediaForEurope (MFE), matriz de la compañía, registró un beneficio neto de 71 millones de euros en los nueve primeros meses de este año, lo que supone un descenso del 9,5% respecto a las ganancias de 78,5 millones de euros contabilizadas en el mismo periodo del ejercicio anterior. La empresa ingresó entre enero y septiembre 1.862,2 millones de euros, casi un 2% menos

Las audiencias, como se mencionaba anteriormente, tampoco han ayudado a Borja Prado. Desde hace un año, los televidentes han dejado de lado la programación de Telecinco y hace justo un año bajó por debajo del 11%. El pasado verano la cuota de pantalla se derrumbó al 9% y a finales de noviembre la TV se quedó en un escueto 9,7%. Los nuevos contenidos y la apuesta por Ana Rosa Quintana por las tardes, en detrimento de Sálvame, no ha surtido efecto y el magazine de la reconocida periodista no está cumpliendo con las expectativas.

Así, Atresmedia acumula 22 de los últimos 25 meses como líder, una situación nunca vista desde el nacimiento de las televisiones privadas.