Brownies españoles en Reino Unido. Era el sueño que Alberto López, fundador y presidente de la firma Brompton House, tenía hace ya dos décadas. Con trayectoria en el mundo de las exportaciones en la industria alimentaria, decidió fundar la empresa familiar que ahora pelea en los lineales de grandes cadenas de supermercados británicos con los productos de allí. Cada mes salen entre 30 y 40 camiones de sus diferentes productos con destino a las islas.

"Reino Unido es un mercado que habitualmente se le atraganta a la industria de la alimentación", explica en conversación con El Independiente. En lo que se refiere a bollería y repostería, el paladar británico es algo más "refinado" y triunfan aquellos productos que incluyen mermeladas, chocolates o caramelo. La competencia en la industria de repostería además es muy fuerte.

A pesar de todo ello, López decidió embarcarse en la aventura de fabricar desde España productos adaptados al consumidor inglés. La compañía no tiene como tal un centro de producción, sino que aprovecha la gran capacidad instalada que existe en nuestro país. Por eso trabaja con varios fabricantes nacionales repartidos por toda la geografía española; desde Zaragoza a Salamanca, pasando por Ciudad Real y Sevilla.

Si bien el brownie es un producto que en España se concibe más como un postre de restaurante, en Reino Unido es un producto de diario. Pero además de su producto estrella, su catálogo también incluye muffins, hojaldres rellenos de mermelada, bollitos de coco y palmeritas de mantequilla, entre otros.

López reconoce que, en sus inicios, acceder con la marca al mercado británico fue "complicado", aunque su experiencia previa y su conocimiento del consumidor hicieron el resto. "Yo ya conocía muy bien al mercado y al consumidor e hice productos que sabía que iban a funcionar bien", sentencia.

Sus clientes son principalmente consumidores de clase media y con amplio abanico de edad. Eso sí, el formato también es un punto clave para garantizar su éxito. Sus brownies, por ejemplo, se venden en pequeñas porciones de 25 gramos. Y uno de sus formatos se basa en el uso de túperes de plástico reutilizables, en lugar de las tradicionales cajas de cartón o bolsas de plástico de un solo uso.

Salto en la facturación

Con una plantilla de solo nueve empleados, la empresa facturó el año pasado 11 millones de euros y este 2023 prevé cerrar con 15,5 millones. "Todos con nuestra marca, sin marca blanca, y todos en el mismo país", destaca López. Sus tres hijos son los que ahora llevan el día a día de la empresa que hasta ahora ha estado centrada en la distribución a través de las grandes cadenas.

El canal de hostelería y restauración es una "asignatura pendiente" que prevén abordar ya en 2025, cuando logren incrementar su capacidad de producción con sus proveedores. "Tenemos previsto un aumento muy grande", avanza. La idea es crecer un 20-25% en 2024 y el objetivo para dentro de dos ejercicios llega a los 25 millones de euros de facturación. De momento, han logrado superar con éxito el impacto del reciente incremento de costes que ha sufrido toda la industria.

Para entrar en el mercado español, agrega, esperarán también como mínimo al segundo semestre de 2025. "Yo soy partidario de no hacer dos cosas, sino hacer una bien", enfatiza. Sus cálculos reflejan que en Reino Unido pueden crecer un 100% respecto a lo que están vendiendo ahora. Y después de nuestro país, el objetivo también pasa por dar el salto a países como Francia o Alemania.