Los transportistas son unos de los grandes damnificados de la situación crítica que se vive en Francia por las protestas de los agricultores. Tras una semana de movilizaciones que han ido subiendo de intensidad, hay compañías españolas que están optando ya por dejar los camiones guardados. "Bastantes grandes empresas están tomando la decisión de no salir", asegura a El Independiente Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic).

Los clientes presionan para que las mercancías lleguen a destino, pero los profesionales del volante se encuentran con bloqueos e incluso ataques físicos por parte de los manifestantes al otro lado de la frontera, donde los agricultores no solo impiden el paso sino que obligan a descargar la mercancía para destruirla.

Francia es la vía de salida hacia otros países como Alemania y Reino Unido y cada día hay 20.000 camiones cruzan la frontera hacia Francia. "Del total de camiones que cruzan la frontera, la mitad van a Francia pero la mitad no", dice Valdivia. La situación actual -añade- puede poner en jaque sectores de la industria como la automoción. Hay componentes como piezas o neumáticos que podrían no llegar y, si la situación se mantiene, obligarían a parar cadenas de montaje.

El bloque de los agricultores galos también afecta al sector textil y al químico, donde España es una potencia exportadora. "No podemos traer tampoco las importaciones porque Francia está en medio", abunda.

En el ámbito agrario y alimentario, el problema es más grave aún. Muchos de los productos que se transportan en los camiones son perecederos. En este sentido, Valdivia dice que la situación -más allá de la repercusión para la agricultura- "puede hacer un daño muy importante a la economía española".

"Solo con el retraso ya el daño es enorme porque la mercancía es muy perecedera y el receptor puede negarse a abonarla si la fecha no está bien o que la cadena de alimentación de turno ha encontrado un sustituto", abunda el responsable de Astic.

Eso hace que el dueño de la mercancía no la cobre de su cliente, no le pague al transportista y le culpe de la pérdida. "Después la compañía de seguros del transportista dice que es por causas de fuerza mayor o vandalismo no cubierto por la póliza y nos encontramos en una situación de completa indefensión", remata.

El Gobierno francés se está reuniendo con los agricultores para tratar de rebajar la tensión y encontrar medidas que puedan aplacar los ánimos en el campo galo. En las cercanías de París el caos se ha multiplicado en las últimas horas.

Valdivia asegura que la gendarmería francesa está velando por la integridad física de los conductores, aunque denuncia que no actúa por proteger la carga. En este sentido, reclama que las autoridades francesas protejan el libre tránsito de mercancías que la Unión Europea obliga a los Estados a garantizar.

"Nos preocupa mucho la seguridad de nuestros conductores, pero se pueden generar unas pérdidas muy difíciles de calcular. Más que la pérdida de un camión al día que no pase, pierdes el cliente y la confianza creada durante mucho tiempo", explica Valdivia.

Reacción del Gobierno español

Respecto al Gobierno español, desde Astic aseguran no saber qué pasos está dando exactamente el Ejecutivo de Pedro Sánchez. "No sabemos si hace o no hace, porque no hemos oído ninguna declaración por parte del Ministerio de Transportes" que dirige Óscar Puente, afea. En este sentido, se queja de que no haya habido un mínimo mensaje público o privado de ánimo o apoyo.

De momento, el que sí se ha pronunciado es el ministro de Agricultura, Luis Planas, asegurando que no hay ninguna competencia desleal por parte de los agricultores españoles ya que tienen las mismas obligaciones y limitaciones que los franceses.

"Mientras no logre el Gobierno francés restablecer el acuerdo con quien está manifestándose, lógicamente va a afectar a todo el tráfico, no solo en el seno de Francia, sino con destino a otros países europeos", ha dicho este mismo martes el ministro en declaraciones a la prensa.