Las rentabilidades que el Tesoro Público ha ofrecido este martes a los inversores por las letras a 6 y a 12 meses ha sido inferior a la anterior emisión. Sin embargo, se ha mantenido el interés de los inversores y se han colocado 5.231,93 millones en deuda a corto plazo. La demanda conjunta de ambas referencias casi ha llegado a duplicar lo adjudicado, con unas solicitudes de 10.328 millones de euros.

En concreto, el Tesoro ha colocado 1.310,10 millones de euros en letras a seis meses, frente a una demanda de 3.412,53 millones de euros, y ha ofrecido una rentabilidad marginal del 3,623%, inferior al 3,715% de la emisión previa.

En la subasta de letras a doce meses el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha adjudicado 3.921,83 millones de euros, con unas peticiones de 6.915,79 millones por parte de los inversores, y el interés marginal se ha colocado en el 3,449%, por debajo del 3,516% anterior.

Aunque siguen siendo elevados, el interés marginal se aleja de los niveles máximos en una década logrados a finales del año pasado, que llegaron a superar el 3,8%. Tras la subasta de este martes, el Tesoro volverá a los mercados de deuda el próximo 16 de abril, con una emisión de letras a 3 y 9 meses y otra el 18 de bonos y obligaciones del Estado.

10.000 millones menos en 2024

En conjunto, la estrategia de financiación del Tesoro de 2024 prevé unas necesidades de financiación nueva de en torno a los 55.000 millones para este ejercicio, lo que supone una reducción 10.000 millones respecto a las de 2023.

Por su parte, la emisión bruta prevista ascenderá a 257.572 millones de euros, un 2% superior a la de 2023 debido al incremento de las amortizaciones, y el grueso se cubrirá mediante la emisión de instrumentos a medio y largo plazo con el objetivo de mantener la vida media de la cartera de deuda pública.

Dentro de la estrategia del Tesoro para 2024 está previsto recurrir nuevamente a las sindicaciones para la emisión de determinadas referencias de Obligaciones del Estado.

Otros de los objetivos para 2024 será mantener la diversificación de la base inversora y apostar por la emisión de bonos verdes como elemento estructural del programa de financiación, reforzando de esta forma el mercado de finanzas sostenibles.